Las ‘Sashas’ de Saltillo: jovencitas que son persuadidas por hombres mayores de edad
Decenas de jovencitas entre 14 y 17 años de edad que radican en la periferia de Saltillo son esposas sin aval del registro civil de hombres de entre 19 y 32 años, pese a que en Coahuila el matrimonio de un menor de edad con un adulto está prohibido pues para las parejas el amor es suficiente para estar “juntados”.
Tras la exposición del caso de la exmiembro del exitoso grupo Timbiriche, donde denunció al productor de Televisa, Luis de Llano, de abuso sexual cuando ella era solo una adolescente, activistas y feministas se preguntan: ¿Cuántas mujeres hoy no han contado su historia? ¿Cuántas no han identificado todavía que algo no estaba bien? ¿Cuántas callan porque temen que los reflectores se volteen a ellas y no a ellos? ¿Cuántas se detienen por proteger a las otras personas de su vida?
Algo que además, confirman las madres que este 2022 cumplen a sus 30 años, al menos 15 de haber dado a luz, como el caso de Lupita, que aunque celebrará las 15 primaveras de su hija, aún le provoca un nudo en la garganta saber que ella no celebró los suyos y que Marcos, el padre de su hija, en ese entonces, 7 años mayor que ella, se marchó cuando supo que estaba embarazada.
“El amor eterno duró un año y medio, la promesa de que siempre estaríamos juntos también, le creí, le creí todo lo que me dijo pero cuando estaba embarazada simplemente desapareció”, expresó Lupita.
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Sin embargo, no podemos hablar sólo de las mujeres, aseguró Yunuen Castillo Menchaca, feminista, activista y defensora de derechos humanos, sino de los hombres que creen que sostener una relación con una menor de edad hasta veinticinco años más chica, está bien.
Tenemos que hablar de los hombres que aprovechan su posición, en este caso, el poder y control, para involucrar a mujeres o niñas en una relación, asegurando que es amor verdadero.
“Tenemos que hablar de las relaciones de poder y cómo éste es generalmente aprovechado por los hombres, de todas las personas adultas con poder de decisión que tuvieron conocimiento de ese hecho o estuvieron involucradas y lo dejaron pasar.
Preguntar, ¿y en dónde estaba su mamá? es una vez más reforzar la idea de que la responsabilidad está en otros y no en el adulto que decidió empezar una relación así”, expresó la feminista.
Por su parte, la organización civil Matatena, A.C., dio a conocer que en Coahuila, en al menos el 38 por ciento de embarazos adolescentes los progenitores tienen hasta 25 años, pero hay casos donde triplican la edad a la madre.
Cyntia Moncada, presidenta de la organización, recordó que el caso que recientemente presentó la artista Sasha Sokol, sirve para que esta problemática donde hombres mayores sostienen relaciones con menores de edad y niñas deje de ser normalizada y sea vista como un delito.
Entre los datos, aseguró que además de ese 38 por ciento donde los padres son hombres de entre 18 a 25 años, existen otros casos, por ejemplo, donde se involucra a 7 hombres que son de 26 a 35 años, y unos más donde los hombres tenían más de 36 años, todos ellos, que sostuvieron o forzaron relaciones con niñas menores de 15 años.
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“La gente debe saber que tener relaciones con una menor de 15 años es un delito, sin importar la circunstancia. Hay poca sensibilidad de ver qué ocurrió, solo dicen: “ya se embarazó”. En la parte de las instituciones implica que haya una adecuada canalización de los casos, como investigar quién es el progenitor, e informarle a las niñas que pueden interrumpir su embarazo”, aseguró Cyntia Moncada.
Sin embargo, en los meses de enero, febrero y hasta la primera quincena de marzo la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas del Estado de Coahuila de Zaragoza (CEAV Coahuila) ha brindado atención integral a 27 niñas y adolescentes víctimas de violencia sexual.
De los cuales sólo dos de ellos, recibidos en la Oficina Central de Saltillo, corresponden al delito de estupro que para la activista y defensora feminista, Ariadne Lamont es un tipo penal “que beneficia a los agresores” y deja a las adolescentes sin protección, suponiendo que si son mayores de 15 años y menores de 18 “ya saben lo que hacen”.
“Mucha gente cree que el estupro es para criminalizar el ejercicio sexual de las y los jóvenes pero no es cierto, lo que hace el estupro es no tomar en cuenta que el cerebro humano madura hasta los 24 años y como le pides a una de 15 que asume que un adulto la está seduciendo y manipulando para lograr sus fines”, explicó la activista.
Lo que hace el estupro es defender a los agresores, reiteró, es justificar que a esa edad la jovencita “ya sabía lo que hacía”, es un limbo donde además las penas son muy ligeras, además se ha intentado que esta figura se erradique pero no ha sido posible ante las autoridades.
En la experiencia de ex trabajadoras del departamento de prevención de embarazos del DIF Coahuila, muchas de las jovencitas entrevistadas, aseguraron, tiempo después hasta su tercer embarazo aun siendo adolescentes que al inicio, veían en su relación con un hombre mayor la posibilidad de salir del “infierno” que para ellas representaba vivir en su casa.
Pero también la necesidad de sentirse amadas por alguien, por tener una figura que pudiera protegerlas y ayudarlas a salir adelante, claro, de ser madres hasta en cuatro ocasiones desde los 15 años de edad, relataron las ex trabajadoras.
Estas mismas jovencitas también son llamadas “madres luchonas”, trota-juzgados o caza padrastros, tras embarazarse de adultos sin que los padres se hagan responsables al mismo tiempo en que forman parte de las estadísticas del 17 por ciento de maternidad precoz en la entidad.
El título de “madres luchonas”, hace referencia a las mamás de muy corta edad que enfrentando embarazos no deseados, la falta del respaldo de una pareja y los deseos de revivir una juventud que se desvanece entre pañales y biberones, abandonan a sus hijos o dejan encargados con las abuelas para poder “salir de fiesta”.
Sin embargo, dichas frases de burla muestran el panorama de una realidad latente aun imposible de erradicar: los embarazos en adolescentes y con ello el abuso sexual al que son sometidas por progenitores que tienen hasta 25 años, en al menos el 38 por ciento de los casos como cita Matatena.