Libros de texto dividen opiniones en el Congreso de Coahuila; rechiflan a legisladora de Morena
COMPARTIR
Los libros de texto gratuito promueven el conformismo, rechazan la competencia, forman ciudadanos poco críticos para no cuestionar al gobierno, representan un retroceso educativo, no forman ciudadanos para el mundo y aseguran que los empresarios son explotadores, cuando generan empleos con salarios cada vez más competitivos, aseguró el diputado Jesús María Montemayor Garza (PRI).
En tanto, la diputada Bárbara Cepeda Boehringer (PRI) afirmó que los contenidos no cumplen con lo establecido en la Ley General de Educación, elaboraron en secrecía y sin consultar a expertos, un proceso que llevó cinco años.
En un libro de sexto grado se cuentan más de 215 errores gramaticales y hay errores en los contenidos de español, ciencias naturales, historia, matemáticas y geografía. Las matemáticas pasan a un segundo plano y su contenido se reduce en más del 75% y aumentan las páginas de historia con pasajes poco objetivos y adoctrinizantes, como la supuesta existencia de un fraude electoral en el 2006 en contra de Andrés Manuel López Obrador.
La legisladora Luz Natalia Virgil Orona (PAN) recriminó que el Gobierno Federal no realizó consultas profesionales para su elaboración, el proceso no fue transparente y los contenidos no se apegan a los principios constitucionales en materia educativa.
TE PUEDE INTERESAR: ‘Con mis hijos no te metas’; protesta Cristo Vive contra contenido de libros de texto
Además, las supuestas consultas realizadas en el 2022 solo consistieron en asambleas informativas a grupos de maestros que no tuvieron oportunidad de opinar, no se tomó en cuenta a los gobiernos estatales ni a expertos en pedagogía y menos a los padres de familia.
“En suma, no se apegó el Gobierno Federal a lo establecido en la ley, ni observó la SEP su propia reglamentación en cuanto a la expedición de las convocatorias respetivas, la publicación de los planes y programas en el Diario Oficial de la Federación. Los libros tienen una gran cantidad de errores gramaticales y de ortografía, de contenidos, de conceptos y definiciones”.
“Algunos contenidos pretenden establecer una ideología acorde a las ideas de la Cuarta T, y contraria a los principios educativos que se refieren a una educación libre de ideologías políticas, de afirmaciones históricas falsas y de contenidos que pretenden sembrar la división en la mente de los educandos”.
MORENA DEFIENDE LOS LIBROS DE TEXTO
La diputada Lizbeth Ogazón Nava (Morena) fue recibida con rechiflas y gritos de “¡Fuera Morena!”, por parte de ciudadanos que acudieron a la sesión del Congreso del Estado cuando subió a la tribuna para defender el contenido de los libros y asegurar que en su redacción intervinieron especialistas en pedagogía en activo y jubilados, bibliotecarios y bibliotecarias.
Además, dijo, se lanzó una convocatoria a nivel nacional, pero en Coahuila no fue promovida. En reiteradas ocasiones fue interrumpida con gritos de “¡pero que no diga mentiras!”, “¡Que se lleve los libros a su casa!”, “¡Que se vaya a Cuba”, “¡Trae los libros!”, “¡Traidores a la patria!”.
TE PUEDE INTERESAR: PAN no permitirá que se distribuyan libros de texto en Coahuila; contenidos tienen adoctrinamiento, aseguran
También se llevó aplausos cuando dijo que el idioma oficial es el castellano, no el español, pero luego recibió más rechiflas cuando dijo que las editoriales hacían negocio con la impresión de los libros, lo que ahora hace directamente el Gobierno Federal.
Los asistentes le gritaron que quemarían los libros, mientras la legisladora argumentaba que ya no existe el término “tercermundismo” porque denigra al país, y afirmó que el conocimiento no se recibe, se aprende con la práctica, y cuestionó que se priorizara el aprendizaje del inglés, cuando hay lenguas indígenas que nos dan identidad.
“¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!”, era el grito que resonaba en el Salón de Sesiones y no dejaban escuchar la argumentación de la legisladora que no cesaba de hablar en medio del griterío. “Van a tener educación de calidad”, sostuvo. Al terminar su lectura, la despidieron con aplausos y gritos de “¡Ya, que se vaya!” “¡El pueblo te paga!”, “Y el Chocorrol en Inglaterra!”.