Catafixia con Chabelo
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Mi tesis se sigue cumpliendo fiel, a la fecha: no en sus instituciones, no en la voz del Presidente de México, no en sus intelectuales más emblemáticos, nada de eso; donde resuena el verdadero México es la televisión del duopolio mediático, donde de verdad late el alma de los mexicanos y donde se decide el rumbo político del país, es en las pantallas de la televisión y en la voz e imagen de los artistas de la farándula nacional.
¿Homenaje en la Cámara de Diputados a un líder de opinión, un mexicano ejemplar, con imagen ubicua que todo adulto tiene en su memoria? Claro, no hay que buscar mucho, homenajear a Chabelo (¿alguien recuerda su nombre con el cual fue registrado cuando nació?). En el marco de las celebraciones por el ampuloso y consumista Día del Niño, la Cámara de Diputados tuvo a bien declarar "héroe nacional" al popular personaje televisivo que sigue hablando igual que cuando inició su programa y su personaje: voz imitación de niño, que da terror y qué sólo a él se le pudo haber ocurrido.
Producto televisivo, sin aportar nada a la cultura popular, Chabelo fue homenajeado por una Cámara de políticos que tienen la vida del país en su mano. Y éstos y no otros, son sus héroes, con los cuales se identifican y con los cuales han sido educados.
Homenajear a Chabelo, invitar a comer al "Bar Los Pinos" al cantante llamado Joaquín Sabina, declarar especie protegida de Coahuila a Carmen Salinas, entregar las llaves de la ciudad al cumbanchero Celso Piña (Humberto Moreira, cuando era alcalde de Saltillo, se las entregó con pompa y boato en un baile en la Plaza de Armas). ¡Uf!
Efectivamente, nuestra vida es un carnaval. Pero, ¿nos debe de extrañar lo anterior? Insisto: absolutamente no.
 Esta y no otra es nuestra alma nacional y aquí nos reflejamos, por eso el PRI tiene tan medido el terreno a conquistar: el voto es afectivo, no razonado; por eso se contrata para la publicidad política a Ernesto Laguardia, a Itatí Cantoral, a Lucero, a Karime Lozano, a la baronesa Carmen Salinas. nuestra verdadera democracia late en la televisión, jamás en nuestras instituciones políticas.
¿A quién le conviene todo lo anterior aquí reseñado hasta el hartazgo? A los políticos. De aquí entonces que todo mundo acepte a estas figuras de oropel y lentejuelas, como "autoridades" en materia educativa, política, social, cultural. Que los Diputados mexicanos hayan nombrado a Chabelo como "héroe nacional" lejos de asombrarnos, sólo viene a confirmar mi tesis que no falla.
Esquina-bajan
En un país dado a la superchería, a la magia, al culto a la Santa Muerte; en una país entregado a idolatrar a sus artistas de plástico que se alimentan de agua y alpiste, donde se glorifica a invertidos por salir del clóset" (el inefable Ricky Martin), la vida política se ha deteriorado a tal grado y nivel, que la victoria de la Selección Nacional en Sudáfrica, ha catapultado a Javier Aguirre y Costilla, como el nuevo "padre de la patria".
Lo peor, tal vez lo haría mejor que Felipe Calderón. En fin, nada nuevo, pero si debe de mover a harta reflexión todo lo anterior. Sigo pensando que el Gran Tlatoani del Zapping Televisivo, mi compañero de plana, don Alfredo García Valdez, fue el primero en descubrirlo y reflexionar sobre la verdadera revolución democrática que se estaba gestando en las pantallas caseras en todo el país.
Arrebátales el voto universal y secreto a las masas de palurdos e iletrados y no pasará nada. Pero, intenta arrebatarles el partido de futbol soccer dominical y clausura la comedia televisiva de las 9:00 de la noche, y lo más probable es que obtengas una revolución y te tumben del poder. ¿Y si catafixiamos a Chabelo por Felipe Calderón? Digo, es una propuesta.
Letras minúsculas
"En el lugar de la muerte había solamente luz", León Tolstoi. ¡Hey catrín! Le vas a hacer falta, mucha falta a un Coahuila abúlico y aburrido de siempre.