Las calles de Saltillo

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En la proximidad de cumplirse el jueves 25 el 436 aniversario de nuestra ciudad, hablemos de los nombres antiguos de sus calles, tanto de las correspondientes al entonces pueblo de San Esteban como las de la villa española de Santiago del Saltillo. Fundadas en 1577 la villa y en 1591 la población tlaxcalteca, de la unión de ambas a mediados del siglo 19 nació la ciudad de Saltillo.
Los nombres de las calles dicen mucho de una ciudad y del carácter de sus habitantes. Al ser nombradas en recuerdo de acontecimientos sucedidos en el lugar, los usos que tuvieron o las personas distinguidas que residieron en ellas, hablan de su historia. La de Colón, por ejemplo, llevó en otro tiempo el nombre de calle del Partidero debido a la partición de las aguas a los tlaxcaltecas y la canalización de las mismas hacia sus tierras. A la altura de la calle Praxedis de la Peña, se hizo una presa para desviar el agua que les correspondía del Ojo de Agua mayor mediante un canal que llegaba a la de Pípila y continuaba luego por la actual de Colón, la calle del "partidero". La calle por la que condujeron el agua proveniente de las faldas de la Mesa de Arizpe, que nacía en varios reventones, se llamaba del Agua Chiquita, a la altura de la hoy llamada Pedro Aranda.
La calle principal de la villa española era la Calle Real de Santiago, actualmente de General Cepeda. Corría de sur a norte y se continuaba al sur en su cruce con Bolívar con el Camino Real de Zacatecas, y al norte con el Camino Real de Monterrey, que iniciaba en la que hoy es Pedro Agüero. La de Bravo se llamaba del Cerrito, y en su parte norte del Reloj. La calle de Hidalgo se llamó de Flores y al norte de la Catedral se conocía como del Colegio de Cristo, posteriormente fue Calle Real de Saltillo. Antes de su nombre actual, la de Zaragoza se llamaba calle de la Concepción, más tarde del Comercio y posteriormente 5 de Mayo en sus dos primeros tramos. La de Allende servía de límite con el pueblo de San Esteban de la Nueva Tlaxcala. Por ahí bajaba un arroyo de corto caudal nacido en la falda de la loma de Santa Anita y la llamaban calle de Landín por residir en ella don Juan de Landín, y hacia el norte llevaba el nombre de El Reventón por un pequeño ojito de agua que nacía a espaldas del Teatro García Carrillo.
Atrás de la iglesia de San Francisco corrían paralelas a la Real de Santiago, las calles de Santa Ana, hoy de Guerrero, que nacía en el Camino Real de Zacatecas y bajaba hasta topar con el huerto del templo; la de Arteaga o calle del Sauz, que seguía las márgenes del arroyo de Guanajuato y se continuaba con la de San Joaquín, y la de Matamoros, que era la calle Real de Guanajuato. La importante calle de Juárez era entonces del Campo Santo; paralela a ésta y hacia el sur está la calle De la Fuente, entonces De la Ascensión; la de Ateneo se abrió posteriormente en lo que fuera el huerto del convento franciscano. Al sur estaban los callejones de la Delgadina, el Caracol, la Conchao la Marina, que hacia el oriente se llamaba de las Matanzas y hoy es Gómez Farías, y al poniente se continuaba con la calle de San Juan, que después se llamó del Rebaje, luego del Progreso y ahora es Escobedo. A partir de la Catedral, la actual calle de Ocampo se llamaba de Zapateros; al norte de la placita Madero, la de Aldama era la calle del Colegio, que hacia el poniente se cruza con la de Galeana, antes Barberena. La calle de Castelar se llamó en su primer tramo callejón de la Capilla, de Bravo a Arteaga callejón del Toro y hacia el oriente Callejón Largo. Al lado norte estaba el Callejón del Oso, hoy Maclovio Herrera, y el de la Narra, hoy Comandante Leza. Paralela y al norte, está la que llamaban calle de las Barras, después Iturbide, luego V. Carranza y hoy Pérez Treviño, y más abajo la del Oratorio, hoy de Múzquiz.
edsota@yahoo.com.mx