Plagiar en el Congreso
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Hace tiempo que el Congreso de Coahuila se ha convertido en una oficina receptora de los textos del Ejecutivo. No es casual, entonces, que los Diputados de la mayoría prácticamente no presenten iniciativas de reforma. Saben que una idea propia no prosperará. Los únicos folios con luz verde son los redactados en Palacio de Gobierno.
Como prueba de estar en gracia, de vez en cuando, se le dará a un legislador de mayoría alguna iniciativa menor ya confeccionada. Esa sí se aprueba.
O, cuando el tema es controversial, mandan al matadero a un digno representante de los partidos satélites (esos que, en las elecciones, siempre van a la sombra del Hermano Mayor). Esas iniciativas también prosperan.
Fuera de esos casos, en Coahuila, no hay iniciativas aprobadas. La (verdadera) oposición, esa que no va en coalición, puede proponer todas las reformas que considere. Su destino está en la congeladora.
En la Máxima Tribuna de Coahuila, el trabajo de los Diputados se divide en tres clases: iniciativas, por las que buscan un cambio a una ley ya vigente o generar un nuevo ordenamiento; puntos de acuerdo, por los que la Soberanía solicita (generalmente) a un externo considere realizar alguna acción; pronunciamientos, el establecimiento público de una postura sobre algún tema.
Ya que eso de presentar iniciativas está reservado, de facto, al Ejecutivo, lo que les queda a los Diputados Locales es elaborar puntos de acuerdo y confeccionar pronunciamientos. Como tener una postura sobre algún tema (más allá de recordar la efeméride) tampoco es atractivo en una Legislatura donde todos parecen tener la misma frente a los mismos temas, los puntos de acuerdo son el único remanso para la labor legislativa. Sobre todo, obsérvese, para los diputados de mayoría.
Hablando sobre prácticas parlamentarias, esta casa editorial, VANGUARDIA, lo señaló de manera puntual: tres diputados locales utilizaron partes sustanciales de un artículo publicado en un diario argentino en 2012 para armar una proposición con punto de acuerdo.
Se dice que el Congreso es la caja de resonancia de Coahuila. Visto así, que los representantes populares hagan pasar por suyos los textos y las ideas de otros no es asunto menor.
Sin incentivos reales para legislar, los Diputados se dedican a pasar su Legislatura. Algunos pocos, entre los más comprometidos con su trabajo, buscan quién arrastre el lápiz por ellos. Pero, como no hay incentivos reales para la profesionalización de asesores, es raro encontrar un perfil serio en estas arenas.
Tampoco hay demasiados filtros para verificar la calidad de lo que se presenta. No hay incentivos para que así sea. Lo que les importa, las iniciativas, ya vienen palomeadas. Lo demás, es lo de menos.
En ambientes así, no es raro que alguien plagie un texto argentino del 2012 y lo presente como el razonamiento para, en 2014, llamar a cuentas a los ayuntamientos coahuilenses. Que atrás del texto leído haya deshonestidad y nada suceda, tampoco es novedad.
Plagiar en el Congreso de Coahuila es el síntoma de una enfermedad más grande y preocupante.
@victorspena
www.victorspena.net