Causa muerte de vidas y negocios, restringir comercio y no transporte público

Politicón
/ 3 enero 2021

En la víspera del más copioso año de elecciones en la historia de México, por encima de muchos “encuestadores”, está McKinsey, una de las más prestigiadas consultoras de negocio del mundo.   Les platico que supe de esta firma global desde mis tiempos en el Grupo Alfa, donde mi jale en las áreas de Estadística formaba parte del soporte a dos de los percherones de la IP: Bernardo Garza Sada y Rafael R. Páez, ambos que en paz descansen.   Con esto como referencia, “vayámonos por partes”, como decía el célebre Dr. Jack El Destripador en sus gustadas clases de disección anatómica en la Escuela de Medicina de la Universidad de Dublín. Arre:   1.- Por ahí de mayo del año pasado, llegó a mis manos una investigación realizada por McKinsey sobre la percepción de “seguridad en la movilidad” de la gente durante la emergencia sanitaria en varios países. Estados Unidos uno de ellos, y México, otro.   Seremos muy dispares en muchas cosas respecto a los gringos, pero en cuanto a ese tema somos muy parecidos.   2.- El 81% de quienes respondieron una encuesta sobre lo seguros que se sienten moviéndose fuera de sus casas en medio de la pandemia, respondió que así sucede si lo hacen en sus propios vehículos.   3.- El 55% se siente seguro trasladándose a pie o solos en bicicletas y motos.   4.- El 8% se cree a salvo si se mueve viajando con otro en bicis y motos.   5.- El 7% se siente seguro si viaja en cualquier tipo de transporte público, ya sea rutas urbanas, sub-urbanas, Metro, por carreteras y ferrocarril.   6.- Y solo el 5% cree que estará a salvo del méndigo bicho si se mueve en los viajes compartidos en vehículos particulares.   Estos datos por sí solos, ayudarían a gobiernos idiotas operados por ineptos como el Bronco Rodríguez y otros que hacen de las suyas a nivel estatal, federal y municipal, a tomar medidas sanitarias adecuadas.   Los datos duros de McKinsey revelan por simple deducción científica, que decretar cierres como los que se aplican por horarios, lo único que provocan son embestidas de la gente apenas el “toque de queda” termina.   Se necesita estar muy p3nd3jo para no darse cuenta de esto o ser una rata consumada para favorecer los intereses económicos de los vivales dentro y fuera del gobierno.   Ejemplo: el Bronco Rodríguez está hasta la madre de meterle mano al negocio del transporte urbano mediante testaferros de cuyos nombres y apellidos me ocuparé tan pronto como mi BigData me suelte los “intestinos” de una red de disolutos oportunistas que manchan sus apellidos de rancio abolengo y pedigrí, “matando víbora en viernes” desde que semejante bruto llegó a la gubernatura en el 2015.   Sí, detrás del cierre de comercios y restaurantes en NL no está el “cuidar a la gente”, como regurgitan todos los días los Manueles de la O y otras lacras.   Lo que hay en el fondo de parar esos giros y no meterle orden sanitario al desmadre del transporte público, es engordar ese negocio para que El Bronco y sus prestanombres se sigan haciendo ricos a costa de la salud y la vida de la gente y de la economía de la misma gente y de muchas fuentes de empleo.    Aún sin el estudio de McKinsey de por medio, cualquier se da cuenta del enorme riesgo de contagio que causa  viajar como sardinas en un transporte urbano al que los empresarios le tumban camiones para ahorrarse el diésel, mantenimiento y sueldos de los conductores.   No hay orden ahí porque al Bronco y sus socios no les interesa más salud que la económica de ellos.   CAJÓN DE SASTRE “Si con estos especímenes haciendo de las suyas comienza el 2021, que el Dios de Spinoza nos agarre confesados”, dice la irreverente de mi Gaby, descontando las bolitas de su Rosario de todas las tardes. Y yo respondo a sus jaculatorias: “en pecado concebido”. A ver si el Papa Francisco no termina excomulgándonos por “blasfemos”.    placido@detona.com

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