Compras gubernamentales: ¿hay ‘dados cargados’?
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El sector empresarial de la Región Sureste decidió alzar la voz y expresar en público una queja que suele más bien seguir “canales diplomáticos”: a la hora de comprar, según la perspectiva del empresario Karim Saade Charur, el Gobierno de Coahuila está privilegiando a los proveedores de la Región Laguna, tierra de origen del actual titular del Ejecutivo.
“Se compra muy poco (en la región Sureste) en relación a las compras de Gobierno como antes en que había una gran cantidad de compras… se distribuían en todo el Estado, actualmente la balanza está muy cargada hacia la Laguna”, aseguró el exdirigente hotelero, quien afirmó hablar no sólo por él, sino por múltiples empresarios saltillenses que comparten su opinión.
“No decimos que no compren nada, o si se tiene que comprar en Monclova, o en Piedras Negras o en cualquier otro lado, pero las compras de tipo corporativo o un poquito más grandes, esas se están haciendo en la Laguna”, precisó Saade Charur.
El señalamiento habría sido mucho más contundente si hubiera sido acompañado de un análisis que mostrara, con cifras puntuales, la existencia del presunto “favoritismo” del Gobierno de Coahuila para con el sector empresarial lagunero.
Sin embargo, el solo hecho de que la molestia sea expresada en voz alta es signo de que, más allá de los datos sistematizados y las comparaciones realizadas con métodos estadísticos, los empresarios de la Región Sureste están percibiendo una disminución en el monto de la derrama económica que el Gobierno estatal realiza a nivel local.
Adicionalmente es necesario enfatizar la parte que no se encuentra de forma explícita en las declaraciones de Karim Saade, pero que constituye la principal lectura entre líneas: la queja implicaría que el Gobierno del Estado está privilegiando al sector privado lagunero de forma “desleal”.
Valdría la pena que eso se planteara de forma explícita, porque una cosa es que el sector público busque las mejores opciones para adquisiciones de bienes y servicios -algo que implica incluso buscarlas en el extranjero- y otra diferente que el incremento en las compras en una región se registre de manera “artificial”.
Aquí es donde también el sector privado local tendría que fijar una posición que fortalezca su reclamo: no solamente plantear que “se balanceen” las compras regionalmente, sino señalar su capacidad para competir en precios, calidad y tiempos de entrega con cualquiera.
Esto último es relevante porque eso es lo que, al final de cuentas, hace ganar al ciudadano: que el dinero público se invierta de forma eficaz y eficiente logrando múltiples propósitos al mismo tiempo, entre ellos fortalecer las cadenas productivas y dinamizar equilibradamente la economía de las regiones.
Si los empresarios laguneros han resultado temporalmente más competitivos, es momento de apretar el paso a nivel local, pero si están siendo favorecidos de forma desleal entonces el Gobierno de Coahuila tendría que rectificar de inmediato.