Contingencia ambiental
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La suspensión de clases para niños por cuatro días o el cambio de sede de un juego de futbol nacional son dos de muchas situaciones que recientemente se vivieron en el Valle de México, pero estas son tan sólo la parte visible del iceberg de algo más delicado y que tiene que ver con una densa problemática de salud pública.
En las ciudades ubicadas en lo más alto del territorio mexicano se está sufriendo de los efectos de una atmósfera muy contaminada. No sólo los habitantes de la Ciudad de México, ahora también los de Puebla y hasta los de la ciudad de Tlaxcala han padecido este mal acentuado en los albores del siglo 21.
La religiosa comunidad tlaxcalteca estaba preocupada porque probablemente iban a suspender la tradicional “bajada” de la Virgen de Ocotlán, por ser una actividad al aire libre que se lleva a cabo, por cierto, desde hace siglos. Afortunadamente para ellos, el tercer lunes de mayo como lo acostumbran desde antaño, cientos de peregrinos resguardados bajo paraguas acompañaron la imagen sacra por las calles de Tlaxcala, hecho que atestigüé.
Una joven, funcionaria de turismo del municipio de Tlaxcala, compartió que durante los días que duró la contingencia sufrió inusuales dolores de cabeza y que hasta tuvo problemas estomacales. Cuando un ser humano no está acostumbrado al aire sucio que se respira en lugares donde la atmósfera está turbia y de pronto se encuentra bajo estas condiciones, los primeros afectados son los ojos y el aparato respiratorio.
La renuncia de Germán Martínez a la dirección del IMSS, ante el desabasto de medicamentos y los ahorros en pago de enfermeras y médicos, refuerza la necesidad de poner el acento en los problemas de salud pública, independientemente de que este político expanista haya sido acusado de hacer negocios, y que la acusación sea infundada, lo delicado es que enfermedades que están emergiendo por la alta contaminación atmosférica no puedan ser atendidas.
Como muchos nuevoleoneses en temporada invernal, he ido a consultar médicos por problemas respiratorios y en las antesalas me he encontrado con otras personas que se han visto afectadas al igual que yo por la contaminación de la atmósfera.
Los ciudadanos están participando activamente haciendo equipo en el Observatorio de la Calidad del Aire del Área Metropolitana de Monterrey (OCAAMM) y han puesto el dedo en la llaga, más allá de los discursos políticos de gobiernos, porque la gran preocupación es la salud de los nuevoleoneses concentrados en la zona conurbada.
El problema no es menor, porque como un efecto de segundo piso ya está afectándose la atmósfera de Saltillo, Coahuila, que tiene además su propia industria, y la que se ubica en el vecino municipio de Ramos Arizpe. Esto significa que ciudades como las capitales de Coahuila y Tlaxcala, aunque situadas por encima de ciudades cuya atmósfera es nociva para la salud, no están lejanas a esta problemática. El efecto de segundo piso les afecta.
Me encuentro en la Ciudad de México luego de visitar Tlaxcala y Puebla, el calor en la metrópoli es elevado y los capitalinos lo padecen especialmente los adultos mayores. Más tarde estaré en Querétaro, ciudad que visité hace poco y ya era notoria la nata de suciedad que se observa en las atmósferas contaminadas.
No me sorprende que ONU Medio Ambiente haya elegido como lema: “Sin contaminación del aire” para los trabajos del Día Mundial del Medio Ambiente en nuestro País. Las sedes de los eventos serán ciudades guanajuatenses. Allí estaré el próximo 5 de junio.