¿Creer en el Gobierno Federal?
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Todo es atípico. Todo se volvió atípico por un buen tiempo. Como no creo en el género humano, dudo que luego de esta pandemia, la cosa cambie. Volveremos a ser los mismos. Individualistas (ahora se nos enseñó que eso es precisamente lo que nos puede mantener vivos: estar aislados, en soledad, sin solidaridad ni fraternidad y mucho menos contacto físico. Es decir, aquello de cada quien se “rasque con sus uñas”. El presidente Andrés Manuel López Obrador, lo anterior se los enderezó a los empresarios de México: “Si quiebran es su bronca…”), egoístas, taciturnos, hoscos, nada o poco solidarios y serviciales. No creo en el género humano. Tan no creo en él, que nada va a cambiar cuando este encarcelamiento pase.
Mientras tanto, siguen los días atípicos. Todo es atípico. La Semana Santa fue rara, tan rara, que no “supo” a Semana Santa. Los días festivos han sido un retrato de cualquier día de cualquier semana del confinamiento y encarcelamiento en que está la mayor parte de la humanidad al día de hoy. Uno de los días más celebrados en el calendario es el Día de la Madre. Llegó y pasó sin pena ni gloria. El virus devoró la celebración. Aunado a las cuantiosas pérdidas económicas, la tristeza y la apatía le ganaron al jolgorio y a celebración. Caray, hasta parecemos ya un país comunista: sólo se permite celebrar el discurso del cacique, del dictador, en este caso, la perorata mañanera de AMLO cotidianamente.
Pero, mientras en el calendario se avinagraba, el Día de las Madres y tantos otros días y celebraciones, en tres diarios con influencia mundial (The New York Times, El País y The Wall Street Journal), se cuestionaban los números de contagios, las muertes y todo lo que rodea la numerología en nuestro país, de la pandemia del coronavirus. Casi al unísono, con sólo diferencia de días, los tres anteriores diarios mediante reportajes, dieron una soberana repasada a las cifras cotidianas y a la manera en que se atiende la contingencia sanitaria en México.
Ese mismo día, el día emblemático del 10 de mayo, VANGUARDIA a través de su departamento de datos (VANGDATA), publicaba una amplia encuesta con varios rubros a saber. Entre ellos, la pregunta clara y precisa de si usted creía o no en los datos de contagios y muertes que diario se hacen públicos a través e la Secretaria de Salud (al frente, “San” Hugo López-Gatell, el nuevo santo de los mexicanos). 65 por ciento de los encuestados por VANGUARDIA dudan de los números de la Ssa y opina que los contagios son más a los que se hacen públicos. Es decir, es exactamente lo que trataron en sus reportajes los tres medios internacionales alertando que las muertes y contagios son una cifra más brutal a la que diario se espeta.
ESQUINA-BAJAN
Uno de los principales críticos del sistema de salud actual, es el reconocido doctor José Narro Robles, exrector de la UNAM. Quien una y otra vez ha señalado que las muertes por coronavirus son infinitamente más en cantidad a lo registrado oficialmente por el gobierno de AMLO. En este mismo tenor, VANGUARDIA ha estado alertando en sus ediciones cotidianas de que los números simplemente no cuadran y sí, hay un incremento brutal y exponencial en muertes, la mayor parte de estas muertes en su acta de defunción, merced a juego de palabras y “tramitología” burocrática, se dice que las personas mueren por “neumonía atípica”.
Y así se les dictamina por un sencillo motivo: el Gobierno Federal de AMLO se ha negado desde el origen de la pandemia a aplicar pruebas y a su dictamen implacable. Vamos de acuerdo que las pruebas son caras, costosas, pero a decir del cacique de Macuspana, hay un “guardadito” de millones de pesos. Para sus obras faraónicas, no para la salud de la población. Sin pruebas no hay dictamen. Sin dictamen todos mueren por “neumonía atípica”. Así de general. De enero a abril de 2020, la Ssa registró a nivel nacional 10 mil 27 muertes por neumonías “no especificadas”. ¿Cuántas de estas muertes fueron causadas realmente por el coronavirus? Nunca lo sabremos.
Desconfianza. Hay desconfianza en el Gobierno Federal. Los que decían ser diferentes, salieron peores al PRI y al PAN. El exrector José Narro Robles, también exsecretario de Salud, lo ha alertado una y otra vez: hay una alteración y modificación en el número de casos de COVID-19 presentados por el gobierno actual. El doctor ha alertado sobre un alto contagio y casos de influenza y neumonías atípicas (le digo, todo es atípico), dice: “Hay un exceso de unos 43 mil casos, ¿y qué son esos casos? Con mucha probabilidad, casos de COVID”. Entonces vea usted la cifra de contagios de influenza y neumonía, vea el número de muertes que le di líneas atrás y sume usted los contagios y muertes que el Gobierno Federal oficialmente reconoce. Sí, estamos igual que cualquier país europeo. Infectados hasta la madre.
Credibilidad. El problema es de credibilidad con el Gobierno, como siempre. La encuesta de VANGUARDIA es sintomática en ese aspecto: los ciudadanos no le creen a Andrés Manuel López Obrador. A Hugo López-Gatell, con reticencias, pero tampoco sale bien palomeado en credibilidad. Ahora bien, son números, datos y encuestas en un cierto estrato de la población la cual tiene teléfono, internet, pero ¿qué pasa en ese otro sector de la población olvidado? Sí, el de los 21.1 millones de mexicanos que están en rezago educativo y los 24.7 millones de mexicanos que enfrenta rezagos en acceso a los servicios básicos en su vivienda. Ocupados en medio sobrevivir cotidianamente, a los cuales no les interesan las encuestas ni resultados.
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