Saltillo y su transporte público local

Desde hace muchos años, los concesionarios del transporte urbano de Saltillo, han sostenido una guerra con las autoridades municipales con el objeto de lograr aumentos en las tarifas que cobran a los usuarios, prometiendo mejoras en el servicio mediante la adquisición de unidades nuevas, o por lo menos cinco años atrás como dispone la regla, aseo personal de los conductores, un trato cortés y el puntual cumplimiento con el reglamento de tránsito.

Esos años los dueños de las concesiones no han cumplido con la parte que les corresponde en concordancia con la normatividad vigente, en cambio su contraparte débilmente ha relajado su obligación de hacerlos cumplir con lo que les corresponde en función de los acuerdos que suscriben ambas partes. Ni unos ni otros cumplen.

La autoridad municipal habrá detectado que la posición de los transportistas es seguir evitando la legalidad volteando la mirada hacia otro lugar?

¿Por qué los concesionarios actúan de esa forma? Pues porque su naturaleza es así. Lo decepcionante e inaceptable es la posición débil y frívola de la autoridad de la ciudad para conceder sin reclamar.

No es posible que aceptemos que nuestra ciudad, capital del Estado, pionera en muchas ramas de la actividad industrial, comercial, de servicios y cultural a nivel internacional, dé por válido un servicio de transporte público deficiente con vehículos que hace muchos años sirvieron.

Con todo y eso periódicamente la autoridad ha convenido incrementos al costo del pasaje, máxime que algunos concesionarios han tergiversado datos base en el sentido de que el número de usuarios que han reportado no corresponden con la realidad.

Señor alcalde, usted ha tenido aciertos que le hemos aplaudido, pero por lo que se refiere a que la ciudad tenga un buen servicio público de transporte consideramos un desacierto que ahora le reprochamos, por lo que debe tomar en cuenta que primero se cumpla con prestar un servicio de calidad y después consentir el incremento del costo del pasaje, pues creo que debe tener presente que primero es el ciudadano que confió en usted otorgándole su voto y después los intereses económicos. Son preguntas que debe responder actuando en consecuencia.

No es aceptable que los concesionarios menosprecien a los usuarios y a la autoridad, eso no se debe permitir simplemente por principio de autoridad, y creo que usted, señor Presidente Municipal es la autoridad y que además debe parecerlo, como la mujer del César.

Los alcaldes son solucionadores de la problemática que aqueja a las ciudades, sobre todo a los ciudadanos desheredados que por su condición utilizan el transporte público, y que su costo les representa una cantidad importante del salario exiguo que perciben y que les resta en gran parte para medio alimentar a su familia.

El bien común debe ser recipiendario de los habitantes de las ciudades que en conjunto con sus autoridades luchan cotidianamente para obtenerlo y disfrutarlo, usted Presidente Municipal cuando solicitó el voto para acceder al lugar en que ahora está, ofreció trabajar en dar solución a los múltiples problemas que derivan de una ciudad que está creciendo en forma continua, entre ellos los servicios como el transporte público para que se ofreciera una atención de primera que abonara a su dignidad que como humanos merecen.

Entiendo que las condiciones actuales representan dificultades económicas para adquirir vehículos nuevos, sin embargo, se pueden buscar esquemas de financiamiento para conseguirlos y luego contratar conductores que tengan la sensibilidad de proporcionar un buen trato a los pasajeros.

Dentro del cumplimiento de las atribuciones de la competencia municipal que genere un gobierno eficaz, está el renglón referente a la autorización de un sistema de transporte público de calidad.

La atribución ahí está solo falta el sistema de calidad.

Se lo digo EN SERIO.

franciscoaguirreperales@gmail.com

@aguirreperalesf