Prueba Mickey Mouse: De icono infantil a protagonista de un videojuego de horror
Se llamaba Perfecto Delgado. Era el panadero del barrio. Gordo, simpático, tenía trato afable, como suelen tenerlo casi todos los gorditos. Decía hablando de sí mismo: “Ni soy perfecto ni soy delgado, y aunque pertenezco al PRI vivo del pan”. Líder popular, no faltaba a ningún mitin político, y siempre hacía uso de la palabra, pues poseía un fuerte
Se llamaba Perfecto Delgado. Era el panadero del barrio. Gordo, simpático, tenía trato afable, como suelen tenerlo casi todos los gorditos. Decía hablando de sí mismo: “Ni soy perfecto ni soy delgado, y aunque pertenezco al PRI vivo del pan”. Líder popular, no faltaba a ningún mitin político, y siempre hacía uso de la palabra, pues poseía un fuerte
Se llamaba Perfecto Delgado. Era el panadero del barrio. Gordo, simpático, tenía trato afable, como suelen tenerlo casi todos los gorditos. Decía hablando de sí mismo: “Ni soy perfecto ni soy delgado, y aunque pertenezco al PRI vivo del pan”. Líder popular, no faltaba a ningún mitin político, y siempre hacía uso de la palabra, pues poseía un fuerte