7:19
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Extractos de las situaciones alrededor del trágico terremoto que sacudió la Ciudad de México la mañana del 19 de septiembre de 1985 no tardaron mucho en ser recreadas por el cine nacional.
Así, en el género del documental, la cineasta María del Carmen Lara abordó de manera crítica los efectos del sismo de 1985 en el gremio de las costureras en su mediometraje “No les pedimos un viaje a la luna”, realizado en 16 mm y nominado al Ariel a lo mejor de 1986, en lo que en la ficción fue el cineasta regiomontano Carlos González Morantes escogió como temática para el tercer largometraje de su filmografía titulado “El otro crimen” la historia de un empresario corrupto (Enrique Rocha) que por su ambición no dudó en exponer a las costureras de su fábrica a una explotación que las terminó llevando a la muerte la fatídica mañana del 19 de septiembre de 1985 y que dio a la primera actriz Patricia Reyes Spíndola el Ariel a la Mejor Actriz de Cuadro de 1988 por interpretar a una de ellas.
Tuvieron que pasar tres décadas para que dos cineastas mexicanos, Jorge Michel Grau (“Somos lo que hay”; “Big Sky”) y Kuno Becker (“Pánico 5 Bravo”) volvieran a interesarse en el tema para filmar en el 2015 de manera simultánea, el primero “7:19” y el segundo “El Día del Temblor” siendo la de Michel Grau la primera en llegar a la cartelera apenas unos días del aniversario número 31 de la tragedia y la cual vuelve a reunir al actor mexicano nominado al Oscar Demián Bichir con el primer actor Héctor Bonilla tras su mancuerna en otro drama de nuestra cinematografía también basado en otro emblemático episodio de nuestra historia como lo fue el clásico “Rojo amanecer” (Jorge Fons, 1989).
“7:19” inicia en un genial plano secuencia en el lobby de un edificio de gobierno donde un velador de nombre Martín Soriano (Bonilla) está en espera de su relevo en lo que ve en su televisor portátil el noticiero “Hoy mismo” de Televisa y da la bienvenida a los trabajadores del recinto entre los que se encuentra el Lic. Fernando Pellicer (Bichir), quien ha convocado a una junta a esa temprana hora porque están por recibir la visita de un Secretario de Gobierno con el que “hay que quedar bien”.
Con la llegada del sismo, el lobby se convierte en una pila de escombros entre los que justo los que más cercanos quedan son Martín y Fernando, ambos prensados por los mismos, y en lo que en medio de la oscuridad y la leve iluminación que les da una linterna que tenía el velador sobre la mesa donde se encontraba sentado al momento del evento esperan ser rescatados inician una conversación que en otras circunstancias nunca hubieran tenido y será determinante en el cauce de su supervivencia a la tragedia.
Habiendo ya demostrado dominar con muy buena mano el género del terror con su ópera prima del 2010 “Somos lo que hay”, Jorge Michel Grau en lugar de inclinarse por explorar dentro de ese género algo similar a lo que hizo el español Rodrigo Cortés con su éxito también del 2010 “Sepultado”, nos atrapa gracias a la empatía que logra con sus dos actores protagónicos y la atmósfera que recrea no sólo en la angustia y frustración que las víctimas experimentan por la intempestiva situación que enfrentan, sino una interesante metáfora de la corrupción imperante en el contexto de aquella tragedia y que por desgracia se ha ido heredando y enquistando en otras esferas de la vida política y social con lo cual materializa un hipnótico asomo a este acontecimiento que marcó nuestra historia contemporánea.
Comentarios a: alfredogalindo@hotmail.com; Twitter: @AlfredoGalindo