Escritores y fútbol, cracks en las canchas de las letras
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Rafael Alberti escribió en una ocasión un poema dedicado al arquero Franz Platko, "el gran oso rubio de Hungría".
México, D.F..- Durante mucho tiempo, las letras le dieron la espalda al balón. Fueron muy pocos los escritores que se dedicaron a plasmar el fenómeno social, psicológico y sociológico que representa el fútbol.
Pese a que autores como Vladimir Nabokov y Albert Camus jugaron el puesto de guardameta en sus respectivas juventudes, su pasión por el juego no se vio reflejada en sus libros. Y en el caso de otras grandes figuras de la literatura, la actitud ante el balompié fue directamente de rechazo.
Así, desde uno de los países más futboleros del mundo, donde existe una religión cuyo dios es Diego Armando Maradona, el argentino Jorge Luis Borges fue tajante y provocador al señalar que "el fútbol es popular porque la estupidez es popular".
Por su parte, el colombiano Álvaro Mutis, quien consideraba al deporte en general como una de las miserias humanas, escribió en 2002: "Lloremos por nuestros hijos, nacidos bajo la sombra de los estadios, burdeles de gloria".
A pesar de que Gabriel García Márquez realizó crónicas deportivas, no tenía problema con reconocer su disgusto con el fútbol. Tanto, que cuenta una anécdota que en una ocasión le regaló un libro a Jorge Valdano con la dedicatoria "Gracias por el gol que le marcaste a Colombia en las eliminatorias", en referencia al triunfo argentino que dejó fuera a su país del Mundial de 1986.
No obstante, también hubo escritores como los fallecidos Mario Benedetti, Roberto Fontanarrosa, Pier Paolo Pasolini u Osvaldo Soriano que no sólo dominaron el juego de las palabras, sino que hicieron de las gambetas un asunto literario.
Rafael Alberti escribió en una ocasión un poema dedicado al arquero Franz Platko, "el gran oso rubio de Hungría". En 1928, el guardameta del Barcelona recibió un fuerte golpe en la cabeza durante la final de la Copa del Rey contra la Real Sociedad. Pero regresó al partido con un importante vendaje y gran profesionalismo que Alberti inmortalizó en su "Oda a Platko".
Mario Benedetti también dedicó a Diego Armando Maradona el poema "Hoy tu tiempo es real", mientras que el escritor y humorista gráfico Roberto Fontanarrosa, hincha del argentino Rosario Central, ha contado en varias ocasiones que él no creció queriendo ser como Julio Cortázar, sino como el futbolista Ermindo Onega.
"Por eso, llegué a la literatura por la puerta de atrás, con los botines embarrados y repitiendo siempre el viejo chiste: Mi fracaso en el fútbol obedece a dos motivos. Primero, mi pierna derecha. Segundo, mi pierna izquierda", contó el "Negro". Fontanarrosa es autor del cuento "Memorias de un wing derecho" que Juan José Campanella llevó a la gran pantalla como "Metegol" ("Futbolín" en España).
Y en esta creciente lista de escritores seducidos por el fútbol se sitúan también el narrador y poeta José Cantero Verni, Alejandro Dolina, Juan Villoro, Eduardo Sacheri, Javier Marías, David Trueba, Eduardo Galeano o Santiago Roncagliolo.
El escritor peruano ("Abril rojo") decidió dejar a un lado la temática política y explorar otros horizontes. En su último libro, el recién publicado "La pena máxima", las incógnitas sobre un asesinato se resuelven al ritmo de los partidos del Mundial de Argentina 1978.
Para el mexicano Villoro, que ha escrito varios libros sobre este deporte, el fútbol requiere de palabras y no basta ver los partidos. "Hay jugadas que en la cancha duran dos segundos y que nosotros podemos convertir en óperas de Wagner de tres horas de duración".
El autor de "Dios es redondo" o "Balón dividido" asegura que un partido de fútbol, al igual que un libro, ocurre dos veces: en la cancha y en la mente de quien lo lee. La imaginación de cada quien determinará lo épico de la historia.
En la colección de artículos "Salvajes y sentimentales. Letras de fútbol", el escritor español Javier Marías habla del balompié de España y del mundo, de jugadores y aficionados, de entrenadores y presidente de los clubes.
Por su parte, Eduardo Galeano, autor de "El fútbol a sol y sombra", tiene la teoría de que todos los uruguayos nacen gritando gol y por eso hay tanto ruido en las maternidades.
Para el argentino Sacheri ("La vida que pensamos. Cuentos de fútbol"), el fútbol es un tema más de la vida cotidiana, una puerta de entrada a esos mundos íntimos en los que se juegan asuntos mucho más definitivos. "El fútbol es un escenario, o un telón de fondo, de las cosas esenciales que señalan y definen todas las vidas".
Por Miguel Ángel Ceballos/DPA