‘Aullando como loba…’ (1)
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¿Lo bello y lo siniestro siempre se tocan y son vasos comunicantes? No lo sé. Filosóficamente sí, se puede probar. Pero en la vida real, es absolutamente demencial. En el papel y en el algoritmo del pensamiento es posible y real. Pero, en la vida demencial la cual hoy transcurre en cámara lenta, la vida se mudó a las redes sociales y es “virtual”, mundo de oropel y lentejuela, mundos ideales; pero, las muertes, lo siniestro, lo bestial, lo atroz es real. Demasiado real.
¿Lo recuerda? Según mis notas y archivos, lo siguiente fue en el año 2016. Pasado reciente, pero de lo cual ya nadie se acuerda. Es decir, perdón por insistir, perdón por desviarme un poco pero es dar una y otra vez en el clavo, echar sal en la herida siempre abierta: lo que a continuación voy a relatar, usted lo vio en su momento y tal vez se horrorizó, pero las redes sociales y la inmediatez de Internet todo lo pudren en un segundo. Es lo que Zygmunt Bauman dijo que era la “memoria líquida”. Ya no hay cosas sólidas, todo se evapora en el aire. Lo siguiente que le voy a platicar tal vez a usted le “conmovió” en su momento. Pero hoy es letra muerta. Humo, sombra, polvo, nada.
Todo conmueve, todo sacude, todo consterna. Puede ser un asesinato de una niña de 11 años a manos de su “novio” con no menos de 30 puñaladas en el cuello y rostro de la menor; pero igual sacude, conmueve, enternece y consterna el rescate de un gato en un árbol o un perro ladrando a mares porque le arrebatan su hueso de plástico favorito. Este es el mundo actual y contarlo creo, me acusarán de pesimista. Lo soy. Perdón por la larga digresión. Lo siguiente fue en el año 2016. Ese año en Monclova, la inocencia se jodió. En vísperas del Día del Niño, el jueves 21 de abril, una niña de apenas 11 años (pero ya con “novio”), fue muerta en su propia casa: vivienda 1017 de la Calle 39 en la colonia Guerrero de la ardiente Monclova. ¿Cuántos golpes en el rostro se necesitan para matar a una niña como Diana, flaquilla y esmirriada de carnes? ¿Cuántas puñaladas se necesitan asestarle en el frágil cuello a esta niña para matarla? ¿Qué monstruo podría hacerlo?
No monstruo ni bestia, sino un niño. “El piolo”, su “novio”, Javier “O” (apodado también “El Diablo”, usted saque sus conclusiones), de apenas 13 años, le desfiguró el rostro a golpes y al menos, le propinó más de 10 tajos en el cuello con un cuchillo. ¿Es un niño? ¿Qué es entonces? Estos fueron “niños”, pero nada alejado de lo siguiente que acaba de conmover, sacudir y conmocionar en Piedras Negras el pasado 5 de octubre: Andrea “N” mató a su padre, el abogado Francisco Almanza con no menos de 62 puñaladas. ¿Cuántas puñaladas y golpes se necesitan para matar a una niña esmirriada de carnes con la fragilidad en su cuerpecillo, como Diana en Monclova; cuántas puñaladas se necesitan para matar a un hombre mayor, como Francisco, por parte de su hija?
ESQUINA-BAJAN
Era joven, era la década de los años ochenta del siglo pasado. Fui por un buen tiempo a México a un curso de capacitación en la empresa en que laboraba. En ese entonces, se escuchaba un grupo español con buenas historias en sus letras, “Mecano”. Siguen siendo mis ídolos. Tienen una canción, una historia de amor, infidelidades y muerte. Es “Cruz de navajas”. María engaña a Mario, el cual trabaja de barman en un centro nocturno (el “33”). Un día, ese infausto día, hubo redada en el “33”. Mario regresa temprano a su casa, sólo para encontrarse a María comiéndose a besos con su amante en plena calle. El amante le da tres puñaladas al pobre Mario. Una en la frente, “la que más dolió”; otra en el pecho, “la que le mató”. La tercera puñalada es la mentira de María en el noticiero, encubriendo el asesinato de su amante.
Una puñalada, señor lector. Sólo se necesita una para matar con el piquete o con el susto, al pobre ser humano que la recibe. Dos casos en Coahuila: un feminicidio en 2016 con 30 puñaladas en una niña. Hace días, un parricidio con no menos de 62 puñaladas. Puf. Matar de manera tan abominable, tan bestial, tan sádicamente ya no es privativo de los cárteles de las drogas. Ahora es tan de práctica común, que nos hemos vuelto ciegos al respecto. Afloran de nuevo las palabras e ideas del considerado el mejor reportero del mundo, Jon Lee Anderson, cuando lo dijo así: “Ustedes los periodistas mexicanos tienen que averiguar qué es lo que enmascara a la sociedad mexicana para encerrar en su seno tanta violencia… no es posible que tanta violencia y que criminales tan sádicos, tan imaginativamente sádicos hayan surgido de pronto en el panorama mexicano. Algo esconde la sociedad mexicana que lo fue incubando durante años y años”.
¿Por qué en México se asesina de manera tan sádica y atroz a sus niñas y mujeres? ¿Por qué los mexicanos estamos tan podridos? Bellas, jóvenes, con cuerpos de escándalo, con vidas de lentejuela y oropel. La vanidad en redes sociales en “tiempo real” presumían Yesenia Estefanía (24 años en Cajeme, Sonora) y Adriana Murrieta (25 años en Guadalajara, Jalisco). La primera fue hallada en una fosa clandestina días después de su desaparición (20 de septiembre). La segunda fue estrangulada y luego echada como un fardo en un canal de aguas pluviales (negras) en Tlajomulco, Jalisco (6 de noviembre). La violencia contra las mujeres rompió record en México en el pasado 2019. En este año, se van a romper las cifras del año pasado. Entonces, ¿a dónde jodidos vamos? Usted lo sabe, en julio, Andrés Manuel López Obrador recortó el presupuesto de INMUJERES (6.7 millones de dólares) y dejó a los Estados sin recursos contra el machismo.
LETRAS MINÚSCULAS
“Cualquiera se enamora/ si pasa una noche contigo/ y le haces lo que haces conmigo/ aullando como loba…” Wisin and Yandel. Y sí, las señoritas escuchan esto y sí, la cantan y se la saben de corridito. Continuará…