Basura: usarla de arma política es una mala idea
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Resulta muy difícil no considerar la posibilidad de que, más allá de la justicia de su demanda, se ubique detrás de la suspensión de labores la mano de alguien ‘interesado’
El fin de semana anterior los empleados municipales responsables del servicio de limpieza en Saltillo “decidieron” suspender labores como forma de protesta por el presunto incumplimiento de la administración municipal en el pago de algunas de las prestaciones que se tienen pactadas con ellos en el contrato colectivo de trabajo.
La pregunta surge sola: ¿es válido que los empleados municipales suspendan labores porque la administración encabezada por Isidro López dejó de cubrir alguna de las prestaciones que tiene acordadas con ellos?
En principio la respuesta es sí… Pero demanda algunos matices.
En otras palabras, los empleados municipales tienen derecho a protestar de la forma en que consideren más conveniente a sus intereses, pero antes de evaluar la validez de la protesta es indispensable considerar los antecedentes del caso y la gravedad de la falta.
En este sentido, la primera pregunta que debe hacer es, ¿intentaron los empleados municipales obtener atención del Municipio por otras vías antes de suspender el servicio de limpieza?
Si la respuesta a esta pregunta fuera positiva, es decir, si la administración municipal se hubiera atrincherado en la intransigencia y se hubiera negado a dialogar con los empleados, éstos tendrían, sin duda, una buena razón para haber actuado como lo hicieron.
Pero si la respuesta es negativa: si los responsables del servicio de limpia decidieron suspender labores sin haber agotado antes otros mecanismos de solución, es decir, sin haber intentado antes dialogar con el Municipio, resulta difícil no considerar condenable su actitud.
Además, resulta muy difícil no considerar la posibilidad de que, más allá de la justicia de su demanda, se ubique detrás de la suspensión de labores la mano de alguien “interesado”, no tanto en que se respeten los derechos laborales de los empleados del Municipio, sino de que se afecte políticamente a quien encabeza la administración municipal.
Si ésta última fuera la respuesta a la pregunta, sin duda estamos ante un garrafal error de cálculo de quienes hubieran “alentado” a los empleados municipales de limpia a suspender su trabajo el fin de semana y “castigar” a los saltillenses dejándoles con su basura doméstica en las manos.
Y es que los ciudadanos podemos entender la rivalidad política y podemos calificar a cada individuo que busca obtener el favor de los electores sin necesidad de que alguien más nos guíe para “entender” las virtudes y los defectos de cada aspirante.
En otras palabras, no necesitamos que nadie nos haga ver los defectos de quienes integran la clase política de la entidad. Ésos los conocemos muy bien, porque los defectos de nuestros políticos saltan a la vista y no requieren ser señalados para ser evidentes. Y eso incluye a la tentación de manipular trabajadores municipales para que nos dejen sin servicio de limpieza.