Cuando la marcha se pone dura, es hora de que los duros se pongan en marcha
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Lo primero que pensé antes de llamarle fue que a lo mejor ya no tenía el mismo número de celular que nos dio cuando nos lo encontramos en un retén a la salida del temible “Espinazo del Diablo”, poco antes de llegar a Durango, viniendo de Mazatlán, por éstas fechas hace un año.
Y cuando escuché su voz, lo segundo que se me ocurrió fue que quizá se había olvidado de quien le llamaba y más aún de lo que en aquella ocasión nos dijo.
Les platico: Su grado es “Cabo 2º Guardacaballos”, un escalafón militar en vías de extinción en la Defensa Nacional y aunque me dijo que no había problema si mencionaba su nombre, prefiero no hacerlo porque como todos sabemos, el horno no está para bollos.
Tiene 23 años en el ejército, nació en el puerto de Veracruz y la vez que lo conocimos comandaba uno de los retener más peligrosos de las carreteras mexicanas.
Lo es tanto, que “a los que de repente nos portamos mal o cometemos alguna indisciplina, nos mandan para acá, porque es una de las rutas preferidas por los narcos y de verdad, aquí se juega uno la vida por quítame éstas pajas”.
Quise salir de dudas con ésta última expresión suya y le pregunté a qué se refería con “por quítame éstas pajas”.
Y fue ahí donde me di cuenta de que mi “entrevistado” no tenía empacho alguno en hablar, porque se dio el lujo de darme los sueldos que actualmente ganan en Sedena, y por rangos. Va:
Soldado raso, $10,309 mensuales. Cabo (en ésta categoría entra él), $10,800 y sarcásticamente en esta parte agregó: “A mí quítele en lo que gano los $800 pesos, porque soy Cabo 2º y no me quitan más a pesar de ser apenas guardacaballos”.
Seguimos: Sargento 2º, $11,612. Sargento 1º, $11,943. Subteniente, $14,218. Teniente, $17,138. Capitán 2º, $27,229. Capitán 1º, $29,955. Mayor, $34,902. Teniente Coronel, $44,386. Coronel, $65,924. General Brigadier, $84,803. General de Brigada, $109,166. General de División, $122,542 y el Secretario de la Defensa Nacional, $124,871.
Y entonces le reviré: Oiga, mi Cabo, pero según las nuevas leyes republicanas de la 4T, nadie en México puede ganar en el gobierno más que los $108,000 mensuales del presidente.
Y me respondió: “Pues eso será con los burócratas, pero los militares no somos burócratas y aquí en el ejército eso que usted dice, no aplica”.
Y en seguida agregó: “Desde el 2015 no nos aumentan oficialmente los sueldos. Sí, hay cosas como ajustes que se dan por comisiones, pero el tabulador es el que le acabo de mencionar”.
Apenas se puso a tono, le hice dos preguntas más, la primera de ellas “compuesta” -como me enseñaron a hacerlo hace muchos años:
¿Está contentos los militares con el tipo de labores que les están pidiendo para apoyar a las fuerzas policiacas de seguridad federal, estatal y municipal?
“Nosotros somos leales a la patria y obedecemos órdenes de nuestro Secretario y de nuestro jefe supremo, que es el presidente y si ellos nos piden que le entremos a esas labores que menciona, lo hacemos sin respingar”, me respondió.
La segunda parte de la pregunta fue si había escuchado al presidente cuando mencionó en una de las mañaneras que en México no hay ninguna posibilidad de que se dé un golpe de Estado.
Respondió que sí y en forma categórica me dijo: “Si un militar se aliara con cualquier fuerza ajena al poder del comandante supremo del ejército mexicano, sería un doble traidor: Traicionaría al presidente y también traicionaría a aquellos con los que se estuviera aliando”.
Luego, tragando pinole y medio ciscado después de escucharle decir eso, no sé cómo me animé a soltarle la segunda pregunta:
Ante el poder que exhiben los cárteles de la droga y las bandas del crimen organizado, ¿qué ha escuchado usted dentro de la Sedena, respecto al tipo de gobierno que se necesita para que México sea nuevamente un país seguro?
Y -aquí sí- después de varios segundos, le escuché decir al teléfono: “Cuando la marcha se pone dura, es hora de que los duros se pongan en marcha”.
En seguida, nos despedimos y medio en broma medio en serio le hice una última pregunta: ¿Lo han vuelto a comisionar al retén del Espinazo del Diablo? Y me respondió: "Fíjese que no, pero uno nunca sabe".
CAJON DE SASTRE
“Como decía tu abuela la financiera: ¿Quieres más o te guiso un huevo? O como también dices que decía: A ti te lo digo, mijo, entiéndelo tú mi nuera”, interviene la irreverente de mi Gaby.
placido.garza@gmail.com