Dirección, velocidad y crítica: claves de la información
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Lo primero que le pregunté fue si él como parte de un partido político le va a tirar a las próximas elecciones, ya sea las del 2021 o las del 2024, y categóricamente me respondió que no, que su única prioridad es generar conciencia de participación en temas públicos entre el empresariado y la sociedad civil de México.
Estoy hablando de Gustavo de Hoyos Walther, el carismático presidente nacional de la Coparmex, que ha sido blanco de obuses de todos los calibres por parte de fans del inquilino del Palacio Nacional, desde adentro y fuera de los círculos políticos.
Les platico: Fue el moderador del panel “Independencia de los medios de comunicación; condición esencial para la democracia, que integraron Rafael Rodríguez Castañeda, director de la revista Proceso; Salvador Camarena Rodríguez, director de la Unidad de Periodismo de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, y Juan Ernesto Pardinas Carpizo, director general editorial del periódico Reforma.
Esto, durante el Encuentro Empresarial 2019 organizado en Monterrey por la Coparmex, evento cumbre de este organismo en el año.
Gustavo me aseguró que no hay la más mínima intención de que Coparmex se convierta en un partido político. “Nuestra intención es generar conciencia y acción no solo en el empresariado, sino en todos los niveles de la vida nacional”.
Y aprovechando que tuvo como compañero de panel al director de Proceso, le pregunté si Julio Scherer Ibarra -Consejero Jurídico del gobierno de López Obrador- seguía participando en la revista fundada por su padre Julio Scherer García.
Me respondió lo que más tarde confirmé con el mismo director de la emblemática revista mexicana: que no y abundó al decirme que hay total independencia de ese medio respecto al gobierno “y el espíritu crítico de la revista es muestra de ello.”
Rafael Rodríguez Castañeda me dijo al respecto que la presencia de Scherer Ibarra como Consejero Jurídico del gobierno está totalmente desligada de la revista, a cuyo consejo de administración renunció el 1 de diciembre del año pasado. Su carta fue publicada por Proceso en la edición del 13 de enero del 2019.
No sé si el resto de los ocho hijos y los respectivos descendientes de Scherer García formen parte del consejo de ese semanario, pero Julio, no.
Ahora sí, paso a lo que se dijeron los protagonistas de dicho panel:
Cierto, Pardinas mencionó la anécdota de la película, pero yo recuerdo el libro con tal lujo de detalles que me voy a apropiar de su intervención para resumirla en la siguiente frase, traída al momento que vivimos en México en materia de comunicación:
Tanto del lado del gobierno como de los medios, a veces no se sabe distinguir entre el plano de una aspiradora del de un reactor nuclear.
A diferencia de lo que hizo el panelista, me voy a referir a la novela de Graham Greene “Our man in Havana”, llevada a la pantalla en 1959 por el director inglés Carlo Reed y protagonizado por Alec Guinness.
Es la historia de un comerciante inglés que vive en La Habana en plena “guerra fría” y se dedica a la venta de aspiradoras; por pura casualidad es reclutado como espía del servicio secreto británico en la Cuba de Batista. Acepta porque considera que el dinero le permitirá pagar los estudios de su hija. Sin embargo, su falta de vocación es tal que acaba inventando los informes que envía a Londres.
Un día se da cuenta de que mientras más exagera en sus reportes, más interés provoca en sus jefes y consecuentemente, más dinero le envían para su misión.
Al reparar una aspiradora observa el plano del aparato y decide enviarlo a Londres diciendo a sus superiores que se trata del diagrama de un reactor nuclear, lo que pone el mundo al borde de una tercera guerra mundial.
Traída ésta anécdota al tiempo actual de México, el ponente dijo que mientras más espuma se le pone al licuado, mayor el efecto, hablando de comunicación.
Y esto nos lleva a enfocar la labor del periodismo en los tiempos actuales alrededor de los siguientes ejes: contrastar, citar y mostrar evidencias de lo que se publica o difunde.
En materia de comunicación, la dirección es más importante que la velocidad, dijo Pardinas, y en éste sentido, sin pretender en forma alguna meterle mocos al atole, intervine para decir algo que aprendí en mis andanzas por Israel: Se muere rápido quien se mueve lento.
Creo que el manejo de la información pública -la que proviene del gobierno y la que lo medios enviamos a la comunidad- se debe mover en medio de esos dos principios: la importancia de la dirección pero también de la velocidad.
La primera -la dirección- asegura a la fuente y al medio lograr penetración en la audiencia y la segunda -la velocidad- nos da el password para entrar en sus dispositivos. Y ambos, al alimón, nos permiten tener acceso a su aceptación y credibilidad.
El elemento crítico sería un tercer factor y para darnos una idea de la importancia que reviste, basta con imaginarnos ¿cómo sería la discusión de los temas nacionales si Proceso y ciertos medios y periodistas no existieran?
“Si el derecho a la libertad de expresión se acaba, se acabó la libertad”, fue la sentencia del ponente, antes de que los otros panelistas tomaran la palabra.
CAJÓN DE SASTRE
“Una computadora necesita una plataforma para trabajar. Los medios libres somos la plataforma operativa para ejercer la libertad de opinión, con evidencias, investigación, con datos duros. Y trayendo a Emiliano Zapata al tema: Los derechos son de quienes los defienden y ejercen. Te faltó decir esto”, interviene la irreverente de mi Gaby y mañana le seguimos.
placido.garza@gmail.com