El gran mito de las incubadoras de franquicias
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Por Haroldo J. Gutiérrez
Aunque en la práctica son conceptos que se contraponen, no cabe duda que tanto la IP como el Gobierno han tratado de aprovechar y abusar de la buena voluntad que tienen los jóvenes para crear una empresa.
Los conceptos son claros; una incubadora de negocios es un lugar donde se ayuda a las empresas que recién han nacido. Esto es, se les brinda el apoyo y la guía necesaria para que se puedan desarrollar de mejor forma y que no mueran en el intento. Por otra parte, una franquicia es una réplica de un modelo exitoso de negocio del cual esperamos obtener resultados similares bajo circunstancias similares.
Por ello, una incubadora de franquicias es un concepto fraudulento que quiere dar a entender que un negocio que apenas comienza y todavía no es exitoso, puede convertirse en franquicia de la noche a la mañana.
El Gobierno Federal, por su parte, crea el Instituto del Emprendedor, el cual se supone que debería servir para desarrollar el espíritu empresarial de la gente con pocos recursos o con poca experiencia.
Sin embargo, en la práctica nos encontramos con proyectos donde no se les aplica un examen a fondo; es decir, se maneja más como un programa de difusión, como un elemento mediático que sirve para la justificación de la tremenda cantidad de nómina que se paga, pero sin una guía exacta, el problema es que entregan una cantidad de recursos importantes a personas que no tienen una guía para instalar su negocio. ¿Cuál es el resultado esperado?, simple, el inversionista, con toda la buena fe del mundo, simplemente va a quebrar, ya que no tiene la guía de un experto en el negocio, el Gobierno, por su parte, simplemente se levantará el cuello.
Si el Gobierno Federal está actuando mal, el Gobierno Estatal simplemente está peor. Hace poco tiempo en las noticias apareció el flamante Gobernador anunciando la entrega de un megacheque de 10 mil pesos a unos muchachos de una escuela técnica para que impulsaran su gran proyecto emprendedor. Diez mil pesos.
Quizá los muchachos pudieron hacer una carne asada, pero como presupuesto para empaque, publicidad, diseño, distribución, mercadotecnia, etc., es un presupuesto que no alcanza ni siquiera a dar lástima.
La IP está haciendo su papel de siempre, aprovechar la ignorancia y buena voluntad de las personas. Son varias las universidades que anuncian sus programas para crear y apoyar a los emprendedores.
Cada programa generalmente cobra una cantidad de unos 5 mil pesos por mes a los incautos estudiantes, a cada uno se les promete la asesoría de un profesional en la materia. Dichos programas duran de 2 a 3 años.
En la vida real lo que sí sucede es que la escuela cobra puntualmente su mensualidad; sin embargo, los famosos “expertos” que ponen al servicio del estudiante, en muchos casos son alumnos que están haciendo su servicio social en la misma escuela. Ellos no pueden aportar nada de experiencia en el proceso creativo. Por otra parte, otros asesores pueden tener experiencia laboral pero no tienen experiencia creando empresas propias, por lo cual, de ellos a nada es exactamente lo mismo, pero con cinco mil pesos menos.
Cualquier duda o comentario lo agradecemos al correo opinion@franquiciasuexito.com