Fábula de jubilados y cuentas mochas
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El tema que abordo ha sido bien tratado por columnistas de VANGUARDIA. Ante la persistencia del problema expongo una fábula y unas ideas.
Había una vez un niño que recibió de su abuela un cochinito de barro para que en su interior fuera guardando algún dinerillo del poco que recibía de sus padres o que conseguía haciendo mandados. Principió su ahorro echándole un peso, un tostón, cinco pesos… La alcancía pesaba más cada día.
El chiquillo no se detuvo hasta que rebosó: ya no entraban monedas. Decidió romper el marranito para comprarse un juguete y hacer una fiesta. Tomó un martillo y le pegó sin piedad. Se derramaron algunas monedas que no sumaban ni 30 pesos; a cambio había alambres, tuercas, clavos y fichas de cerveza. Echó a llorar. Su padre, borracho irredento, le había ido sacando el dinero, su mamá tomaba para las tortillas con la idea de regresarlo. Las lágrimas del crío conmovieron a los padres pero no tenían cómo resarcir el daño.
Algo parecido sucedió a los maestros y empleados a los que se obligó a contribuir para su propia vejez quincena a quincena y, al romper el cochinito, “¡no hay medicinas!” Una pensionada, que no es maestra sino exfuncionaria de la UAdeC, me dijo que no tiene quejas acerca de su pensión (le llega su cheque) pero ahí aparece que le descuentan mil 200 cada mes para la Clínica del Magisterio. Ella, por suerte, no ha necesitado atención médica (hasta hoy), pero se pregunta ¿por qué no hay medicamentos?, me muestra una fotografía de los anaqueles vacíos y repite ¿dónde quedaron mis mil doscientos pesos?, ¿y dónde andan los de los demás (los otros miles de jubilados a los que quitan dinero de su pensión)? Ingresa al Magisterio una millonada de pesos cada mes y no hay servicio, ¿es lógico? La pregunta es ¿quién estuvo sacándole dinero al cochinito?, ¿quién robó a cada uno de los maestros, funcionarios, trabajadores?, ¿quién hizo el papel de padre borracho y madre negligente?
Primero hay que saber quiénes tenían acceso al cochinito de los maestros y trabajadores: varios gobernadores, varios líderes del sindicato… ¿Alguien más?, no lo sé, pero sí sé que cada uno de los jubilados tuvo que sacrificarse durante 30 años dejando que le extrajeran de su salario un porcentaje para su propia pensión o jubilación. ¿Se da cuenta? Cada quien guardó dinero para sí mismo, por tanto debería estar disponible ahora que es viejo.
Descubro que la corrupción es tan enorme que en la práctica no tenemos solución, no al menos una que parezca realista. De ahí que ahora que se le ha dejado la redacción de la Ley Anticorrupción a los del Verde Ecologista nos pongamos a pensar que la Iglesia está en manos de Lutero o el kínder en manos de Marcial Maciel.
La Dirección de Pensiones y las secciones sindicales locales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación tendrán algunas respuestas a las preguntas de cada persona que trabajó 30 años llenando su cochinito para que le vengan a avisar: “lo siento pero tu papi se lo bebió”. Un profesor distinguido que fue sindicalista y priísta en puestos clave, dijo públicamente (por eso me atrevo) que los dos pensionados que reciben la pensión más elevada son un exgobernador (que no se llama Humberto) y un exdirector de Pensiones.
Así que algunos sí cobran bien y tienen acceso a hospitales americanos. ¡No se quejen ustedes, respetables maestros, ya llegarán las aspirinas!
Mientras que los diputados y senadores crean la Ley Anticorrupción sugiero a quienes están manifestándose en la Plaza de Armas que formen una comisión investigadora para saber ¿qué gobernadores tomaron dinero?, ¿qué dirigentes sindicales robaron?, ¿en qué se han invertido los miles de millones de pesos que se les retienen cada mes a los trabajadores? La comisión debería ir al ICAI, a Pensiones, a sus centrales sindicales para recabar informaciones.
El ICAI está obligado a decirles cuántos millones se han recabado de sus pensiones, quién recibió los dineros, quién y en qué los gastó. Pocas preguntas; otras no hacen falta. Veremos si de veras están contra la corrupción.
¿Qué haremos con los jubilados?, ¿dejaremos que se vayan muriendo poco a poco.