Indignación social activa
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Con la supresión del subsidio a la gasolina y con el alza del precio, por fin en México hemos sido testigos de una indignación social activa. Se han manifestado diferentes formas de inconformidad, hemos podido escuchar y leer diferentes opiniones sólidas y fundamentadas ante este rechazo (reconozco también algunas otras absurdas), pero se ha despertado la comunicación entre los ciudadanos frente a temas que requieren su atención y participación.
Como sociedad hemos sido revictimizados por delincuentes y criminales que aprovecharon el momento para realizar saqueos, marchas y bloqueos de carreteras y avenidas principales y otras manifestaciones violentas que ocasionaron la muerte de al menos seis personas inocentes, e infundaron miedo entre la población.
Yo no estoy de acuerdo con ese tipo de manifestaciones. Repudio todo acto violento relacionado: desde las respuestas escritas en forma grosera de los ciudadanos atacando a los gobernantes en forma personal en sus redes sociales hasta las de los criminales que atacaron a despachadores en las gasolineras y a policías.
Desde mi punto de vista, que trabajo día a día en promover la participación ciudadana en la construcción de un México mejor, me sentí desilusionada de ver tantos mensajes en los que se invita a la gente a generar un caos en el País, a bloquear gasolinas, a crear inestabilidad con estrategias que sólo lograrán alejar a los inversionistas que son necesarios para crear refinerías y la infraestructura adecuada para que México pueda procesar mas crudo y lograr una competencia de mercado sana.
El Gobierno Federal ha intentado dar respuesta al enojo que exige una respuesta por parte de los ciudadanos y propuso un Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar, que fue rechazado por la Coparmex, principalmente, por no contar con compromisos concretos, metas claras y objetivos puntuales con indicadores de evaluación. Creo que todo acuerdo debe respetar al menos estas características, y apoyo la postura del organismo empresarial. Además, subrayo que se requiere sancionar con mayor vigor el robo de gasolina, se deben promover estrategias de inversión en infraestructura para el almacenamiento y la creación de refinerías, se requiere una importante inversión y rediseño en nuestros sistemas de transporte público y se debe hacer un esfuerzo mayúsculo en la asignación del gasto público. Y principalmente: se debe trabajar en la consolidación del Sistema Nacional Anticorrupción como programa prioritario. Ninguna de mis propuestas son “enchiladas” que se elaboran en 15 minutos, pero como lo afirman las declaraciones del secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría, la OCDE llevaba mas de 10 años haciendo la recomendación de que este subsidio se eliminara y era una medida inaplazable e inevitable.
Esperemos que este hecho nos sirva a los mexicanos para despertar del letargo de participación en el que estamos inmersos, y nos motive a trabajar unidos y en forma organizada en la construcción de un mejor País, así como la pronta y efectiva intervención de las autoridades en la generación de nuevas propuestas económicas.
Alejandra Wade @alewade
Directora del Consejo Cívico de las Instituciones de Coahuila AC @CCICOAH
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opinionciudadana@ccic.org.mx.