Jungle Sets / Becerros Saltillo vivió fin de semana musical
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En nuestra ciudad cada fin de semana se rumora que no hay nada que hacer, no hay grupos nuevos por conocer, ni conciertos que valgan la pena. Quienes lo digan, están equivocados y les falta empaparse de la escena local que cada vez es más grande e importante
Por: Nidia Martínez / Patricia González
En nuestra ciudad cada fin de semana se rumora que no hay nada que hacer, no hay grupos nuevos por conocer, ni conciertos que valgan la pena. Quienes lo digan, están equivocados y les falta empaparse de la escena local que cada vez es más grande e importante. Como muestra, el próximo festival Zapal que ha logrado consolidarse. Sin embargo, el viernes en Dogma Bar se celebró con éxito el Jungle Sets (Raowl in the Jungle).
¿De qué va? Se trata de “una plataforma que comparte sus experiencias en festivales y conciertos, donde las personas pueden encontrar nuevas propuestas musicales así como artistas emergentes”, dijo a VANGUARDIA su creador Raúl González. En ese sentido, la fiesta se vivió al máximo con exponentes locales y nacionales como Coyle, Áureo y Soultan de Saltillo, así como Efelante de Monterrey.
En entrevista previa, Pony el vocalista de Efelante dio a conocer que su disco debut “Acuarela” está próximo a estrenarse y fueron éstas canciones las que compartieron durante su presentación en Dogma. Jungle Sets celebró así el segundo aniversario de Raowl in the Jungle. A través de este evento los organizadores quisieron ofrecer “experiencias a aquellas personas que están en la búsqueda de nuevos sonidos y sensaciones”.
Por otro lado, el pasado sábado 30 de marzo llegaron con todo el flow los chicos del grupo originario de Monterrey: Becerros. Con su estilo único y bien ‘pashaoo’, como diría “Pkz”, arribaron al bar Cadillac para tronar con ritmo y huapangos el escenario en punto de las 23:30 de la noche. Al ritmo de “Coral”, “Que María”, y obviamente “El Becerro” y “Bien Intenso”, el público saltillense los recibió con los brazos abiertos y una buena chela en mano para brindar cada canción, corearla, bailarla y más.
El pequeño concierto duró alrededor de una hora; los Becerros agradecieron y convivieron con su público toda la velada contagiándonos el ritmo regional mexicano original. “En nuestra música tratamos de retratar lo que es el norte, la música, la convivencia, el baile, tal cual como se hace acá”, compartió “Pkz” a VANGUARDIA en entrevista previa.