Llegarán vientos otoñales
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Equinoccio de otoño.
Momento del año en que el Sol forma un eje perpendicular con el ecuador y en que la duración del día es igual al de la noche en toda la Tierra. Anualmente se producen dos equinoccios: el equinoccio de primavera y el equinoccio de otoño.
Hojas inmóviles en las copas de los árboles. La caída de las hojas se irá dando con los vientos que llegarán en esta estación preinvernal.
Se dan enroques y se preparan jaques en el tablero del ajedrez en que mueven las piezas más de dos jugadores. Se contagian las actitudes de descalificación, de aniquilación, de menosprecio y de desconfianza. Al lado de intentos conciliadores por encima de partidismos, subrayados, con fantasmas ideológicos o vinculaciones imaginarias.
Se da la tendencia de salpicar mordacidades y poner etiquetas en lugar de hacer distinciones entre lo valioso y lo mejorable. Se convierte al interlocutor en adversario enemistoso que sólo merece tarjeta roja de expulsión. Ni siquiera la amarilla de reconvención. El jugador se convierte en árbitro y su arbitraje resulta desarbitrado.
Se pierde la visión objetiva de aptitudes, de capacidades, de logros, de aciertos y de méritos. Si hay distinción en la óptica inmediatamente se convierte en oposición, en separación, en agresión y en descarte discriminatorio. Se manifiesta una incapacidad para una actitud dialógica que vaya más allá de lo dogmático, lo apologético, lo dilemático y lo polémico.
Se escucha poco y se mal interpreta mucho. Se supone fácilmente en el diferente una perversidad y mala voluntad no comprobada. Se tiene la tentación de asociarlo inmediatamente con algo condenable. Se sopla al jocoque desde las quemaduras viejas con leche. Se traen al presente estampas de un pasado congelado como si cada uno quedara inmovilizado en las imperfecciones de un tiempo de búsqueda en que todo mundo se equivoca.
La madurez relacional genera un nivel de comunicación, un lenguaje ajeno a insultos y condenaciones. A una actitud universitaria de aceptación de los propios límites y de la necesidad de no ver en el otro sólo deficiencias, errores y malas intenciones. En los ambientes parlamentarios y de opinión pública se dan las mejores oportunidades para construir entre todos un ambiente de diversidad respetada, de pluralismo reconocido y de complementación constante.
La carrera de servicio público debiera ser un proceso educativo especializado que enseñara a evitar los conflictos innecesarios y usara los seis sombreros para pensar, que ha diseñado y descrito De Bono, en ese campo de la toma de decisiones para el bien común, superando todo sectarismo o parcialidad. Lo que llaman el amarillismo de la prensa es buscar sólo aprovechar la curiosidad morbosa que busca el escándalo y todo lo que intimida y amenaza. Y lo que llaman sectarismo es que cada partido se entienda no orgánicamente sino como un tumor.
Esperemos que el otoño no sólo eche abajo las hojas secas de los árboles sino que también pueda llevar todas las actitudes ramplonas, miopes o encapsuladas en las conversaciones de la vida diaria, en la algarabía de los medios y en la licuadora de los debates parlamentarios.
Una nueva estación para preparar nuevo follaje. Que se prepare también la novedad de un frondoso ramaje que pueda presumir nuevas actitudes, nuevo estilo, mejor intercomunicación humanizada y civilizada... Es también mandato ciudadano para todo mandatario... y anhelo de televidentes, radioescuchas y leeperiódicos para socializar las redes insociables también...