Mujer aloja a 28 migrantes en un tejabán de madera y láminas, en Saltillo
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Glenda, hondureña, recibe en su tejabán a indocumentados que no encuentran cabida en la Casa del Migrante
Acá, hasta arriba, en el cerro, pega más el frío y el hambre.
No, no es la Sierra Tarahumara, es el cerro donde se asienta la colonia Las Margaritas Popular, al poniente, el cerro donde un grupo de 28 migrantes, venidos de Centroamérica, ha encontrado un refugio.
Es el tejabán de Glenda Troches Matute, una hondureña, que llegó de su país hace 6 años y ha abierto las puertas de su casa a 28 indocumentados que iban de paso por Saltillo rumbo a los Estados Unidos, pero que aquí se quedaron.
El tráfico de migrantes en la frontera y las mafias de narcos están duros, pesados.
Amber Carpenter, una americana que llegó a la ciudad, diré que… por azares del destino, (para no entrar en honduras, por usar un lugar común), les consiguió trabajo en Sabritas, a otros en la obra, mientras que algunos más se encargan de construir un horno de pan afuera del tejabán para hacer pan y venderlo.
Son 28 varones ilegales, de 18 años en adelante, que llegaron de Honduras, Guatemala, El Salvador, en la bestia hace unas 2 semanas y que, al no encontrar cabida en la Casa del Migrante, fueron rescatados por Amber y traídos a este tejabán.
Al principio los pusieron en una casa de la colonia Providencia, pero de allí los echaron.
Y por eso se vinieron para este tejabán, el tejabán de Glenda.
“Y ahorita nadie ha venido a ver a nadie”, reprocha Amber.
Son 28 varones ilegales que duermen en 2 cuartos de madera y lámina, sin agua potable ni drenaje, sobre 2 colchones que Glenda y su marido compraron en una chatarrera a 200 pesos, y 2 sofás viejos.
Amber, a quien los migrantes llaman “La Gringa”, y Glenda, la dueña de la casa precaria, se han echado a cuestas la misión de, por lo pronto, conseguirles un empleo y un lugar digno dónde pasar las frías noches de noviembre.
Pero acá escasea la comida y la letrina, una sola letrina para más de 28 gentes, ya se llenó.
28 migrantes que salieron de sus países huyendo de la pobreza y de la violencia, para encontrar más pobreza y más violencia en esta colonia donde abunda la miseria, el robo y el consumo de drogas.
“Vienen unos y se van, llegan otros y así, ellos lo que buscan es una oportunidad para salir adelante, se quieren superar de lo que vienen cargando de atrás. En su país no hay trabajo, pura violencia. La gente critica cuando ve a un inmigrante parado en un crucero, pero no pregunta que si ya comió, dónde se está quedando, qué es lo que le hace falta”, dice “La Gringa”.
Glenda, la hondureña que ha tenido la hospitalidad de abrir las puertas de su tejabán para esta obra humanitaria de hospedar a 28 migrantes, dice que falta despensa, que no hay qué comer.
“Nada hermano, no tenemos nada”, dice Glenda.
Y Amber “La Gringa”, dice que están solos contra el mundo.
“Seguimos adelante, de hecho, vamos a construir un horno a ver si nos pueden ayudar a conseguir charolas”.
Glenda pide, suplica, la ayuda de la gente, que se tienten el corazón y cooperen con algo de despensa, papel de baño, champú, cubrebocas, gel antibacterial para sus hermanos migrantes que están en desgracia.
“Y quien tenga voluntad de ayudarnos con cemento, arena, para hacer una fosa, porque tenemos muchos emigrantes, nuestra fosa ya se llenó. Estamos solicitando ayuda para seguir apoyando a los hermanos que vienen de Centroamérica”, dice.
La Gringa”, dice que incluso ella se ofrece a dar clases de inglés gratuitas con tal de que alguien se sume a esta causa.
“Tenemos muchachos que no traen ropa interior, no traen calcetas, los zapatos que tienen no sirven… Por favor apoyen…”, clama.
Apoya
¿Quieres ayudar a este refugio de lámina y madera?
Llama al 844 3475069
Entérese
El tejabán de Glenda se ubica en la colonia Las Margaritas Popular, al poniente de la ciudad.
Está hecho de madera y lámina y algunos blocks.
En 2 cuartos recibe a 28 indocumentados, quienes duermen en un par de camas.
La letrina, porque no hay drenaje, ya se llenó y piden apoyo para construir una nueva fosa.
El tejabán tampoco cuenta con servicio de agua potable.