Perdí mi cuerpo
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Hoy termina el mes de la entrega del Oscar, y al igual que recomendaciones del género de ficción y documental de películas nominadas o ganadoras disponibles en Netflix, puede encontrarse una de animación.
Nos referimos a “Perdí mi cuerpo” (“J’ai perdu mon corps”), filme que bajo la dirección del francés Jeremy Clapin estuvo compitiendo contra la ganadora a la Mejor Película Animada que fue “Toy Story 4”, de Josh Cooley, junto a otras producciones más de manufactura norteamericana, y aunque en años anteriores ya ha habido triunfadoras extranjeras en esta terna como sucedió en el año 2001 con “El viaje de Chihiro”, del maestro japonés Hayao Miyazaki, tenía como todas las competidoras todos los elementos suficientes para hacer meritoria su presencia en esta categoría empezando por una muy original y cautivadora historia.
“Perdí mi cuerpo” es singular desde su título y es que da seguimiento a una mano que, tras escapar de un laboratorio de París en donde se encontraba resguardada, busca entre las calles de aquella ciudad lidiando con aves y animales en su trayecto, para dar con el cuerpo del que se ha desprendido. En forma paralela, conocemos a un repartidor de pizzas de nombre Naoufel, quien se ha enamorado perdidamente de una bibliotecaria llamada Gabrielle desde el momento en que escucha la voz de la joven a través del intercomunicador al ir a hacerle entrega de una pizza.
Es así como Naoufel se las ingenia, primero, en encontrar en un lugar alterno a su domicilio a Gabrielle, dando primero con la biblioteca donde trabaja, pero yendo más allá para a través de un pariente de ella acercarse más, situación que en tiempos del acoso sexual y el “Me Too” no parece ser la más afortunada y lo único que ocasiona es que la joven más que permitirle se acerque busque a como dé lugar evitar su compañía hasta el momento en el que los caminos de la mano perdida y Naoufel se bifurcan para desembocar en una resolución no muy común para los tradicionales cuentos de hadas.
En este sentido, vale la pena destacar que así como ha ocurrido con otras películas de este género que han competido por el Oscar, “Perdí mi cuerpo” no es una película cuyo mercado principal sea el infantil que es el que comúnmente consume este tipo de producciones, sino para un público más adulto como el que ha disfrutado previas nominadas como, por ejemplo, se tuvo en el 2017 con la producción también extranjera “Cartas de Van Gogh” (“Loving Vincent”), de Dorota Kobiela y Hugh Welchman.
Además de ser una buena oportunidad para conocer el trabajo del realizador Clapin, quien ya tiene varios trabajos previos en el género de la animación, “Perdí mi cuerpo”, como bien lo mencionamos al inicio de este comentario, lleva las de ganar desde su historia, basada nada menos que en la novela “Happy Hand”, de la autoría del escritor también francés Guillame Laurant, nominado por su parte a un Oscar al Mejor Guion Original del 2001 por “Amelie”, de Jean-Pierre Jeunet. Con eso decimos todo.
Comentarios a: galindo.alfredo@gmail.com; Twitter: @AlfredoGalindo