‘Vivieron doblemente aislados’: madres saltillenses de menores con comorbilidades vacunados
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Para madres como Graciela Castillo, la aplicación de la vacuna llegó como una esperanza tras casi un año y medio de vivir “un doble encierro”.
“Si bien todas los padres debían proteger a sus hijos, para las mamás de niños con alguna comorbilidad las precauciones debían ser extremas durante toda la pandemia y no solo durante el confinamiento”, aseguró la madre.
Menores y madres vivieron doblemente aislados para evitar el riesgo de un contagio, sin poder salir a ningún lado o convivir con otras personas desde hace más de un año y medio.
“Ya de perdido salir a las terapias del Teletón o la escuela, seguir cuidándonos, pero que mi mamá ya esté menos preocupada”, agregó su hija América Alonso, de 14 años, quien padece una alteración muscular.
Fernando Cantú, un joven de 14 años con síndrome de Down, dijo que al menos podrá ver a sus primos o familiares, pues desde el inicio de la pandemia apenas se traslada del cuarto a la cocina, abandonando sus terapias.
“Quiero regresar a bailar, es lo que más me gusta, regresar a la escuela y también a los estudios que desde que empezó la pandemia no me hacen en Monterrey, esperando que nada dentro de mí cuerpo se haya descompuesto”, comentó Arely, de 15 años, con un soplo en el corazón.
El inicio de la inmunización para menores representa un alivio que disminuye la preocupación para madres, niños, niñas y adolescentes.