Afronta Messi su batalla con la justicia española
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El astro argentino ya se personó ante los tribunales en 2013 para declarar que, pese a que firmó los contratos que acabaron llevándolo ante la justicia, nunca estuvo al tanto del contenido de lo que rubricaba.
Acostumbrado a salir vencedor de sus duelos sobre las canchas de fútbol, el argentino Lionel Messi intentará salir también airoso de su batalla con la justicia española, que a partir de mañana lo juzgará en la Audiencia de Barcelona por presunto fraude fiscal.
Días después proclamarse de nuevo campeón de la Liga y la Copa españolas con el Barcelona y justo antes de afrontar con Argentina un nuevo reto en la Copa América Centenario, Messi y su padre, Jorge, comparecerán ante los tribunales acusados de haber defraudado a la Hacienda española 4,1 millones de euros entre los años 2007 y 2009, delito que les podría acarrear una posible pena de 22 meses y 15 días de cárcel.
Aunque la estrella azulgrana no declarará hasta el jueves, el juicio se iniciará mañana con las cuestiones previas y los primeros testigos de un caso que vivió sus primeros episodios en 2007, cuando la Fiscalía española presentó una querella criminal contra los Messi por tres presuntos delitos contra la Hacienda pública.
Según la acusación, los Messi crearon un entramado de empresas en paraísos fiscales para ocultar los ingresos millonarios que el 10 del Barcelona obtuvo por la cesión de su imagen en aquellos años y pagar menos impuestos de los que le correspondían.
"La verdad es que nunca miré el tema del dinero. Es algo que maneja mi papá. Y confío en él. Yo me dedico a jugar a fútbol. Y es lo que hago", señaló Messi en su primera comparecencia ante los tribunales, en 2013, según recoge hoy el diario barcelonés "El Periódico de Catalunya".
El astro argentino ya se personó ante los tribunales en 2013 para declarar que, pese a que firmó los contratos que acabaron llevándolo ante la justicia, nunca estuvo al tanto del contenido de lo que rubricaba.
"Yo lo único que sé es lo que entra a final del año. Lo que tengo, lo que hice, no sé dónde está la plata, dónde va", añadió el astro argentino del Barcelona, preguntado por la cesión de sus derechos de imagen, el fondo de la cuestión.
La Fiscalía española creyó a Messi y decidió retirar la acusación sobre el futbolista, pero no sobre su padre, al que, como la Abogacía del Estado, considera el principal responsable de haber organizado el entramado societario que sirvió para evadir impuestos.
Messi, sin embargo, deberá comparecer ante los tribunales porque la Abogacía del Estado mantuvo la acusación sobre él al considerarlo responsable final de lo que firmaba.
El cinco veces Balón de Oro, de hecho, ya pagó cinco millones de euros a Hacienda como "reparación del daño" por todo lo defraudado, dos meses después de la que la Fiscalía se querellase contra él.
Posteriormente, el astro argentino abonó otros diez millones al fisco español para regularizar su situación de 2010 y 2011, años en los que también operó con el mismo sistema.
"Lionel nunca tuvo acceso a los contratos ni a la información (...) Yo llevaba los contratos y le decía que había que firmar", aseguró Jorge Messi en su anterior declaración ante la justicia española.
Enfrentados de nuevo ambos a las autoridades judiciales, el futbolista argentino mantendrá la misma línea de defensa de su última comparecencia, insistirá en su desconocimiento de todas las cuestiones monetarias y buscará una absolución que, en el caso de su padre, parece bastante menos probable.
La Fiscalía pide para él un año y medio de cárcel y la Abogacía del Estado, 22 meses y 15 días, porque su intervención fue "directa, decisiva y necesaria" y porque "gestionó y dirigió las negociaciones en la creación del entramado societario".
Aun así, los abogados de los Messi intentarán probar que tampoco el progenitor estaba al corriente de todo el entramado y que fueron asesores externos de la familia los que realmente lo pergeñaron.
Resuelva lo que resuelva el juez, Messi no ingresaría en prisión ni en caso de ser declarado culpable, pues la pena solicitada es inferior a los dos años y la ley contempla el no ingreso para condenados a menos de dos años, siempre y cuando sea el primer delito que cometen.
Algo similar le ocurrió al también argentino y azulgrana Javier Mascherano, que en octubre de 2015 admitió el fraude fiscal del que se le acusaba y no ingresó en prisión.