En México las mujeres ganan entre 15 y 20% menos que hombres
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Son algunos de los datos que aparecen en el libro ¿Oprimidas o empoderadas? Dónde están las mexicanas del siglo XXI, editado por la Fundación Banorte y Travesías Media
Ciudad de México. En México las mujeres siguen ganando entre 15 y 20 por ciento menos que los hombres por desempeñar el mismo trabajo, aunque la brecha salarial llega a ser hasta de 40 por ciento en puestos de alta dirección, y mientras los hombres en el país dedican apenas 23.3 por ciento de su tiempo a labores domésticas de cuidado no remunerado, las mujeres dedican 65.2 por ciento de su tiempo a dichas labores.
Son algunos de los datos que aparecen en el libro ¿Oprimidas o empoderadas? Dónde están las mexicanas del siglo XXI, editado por la Fundación Banorte y Travesías Media (una empresa dedicada a la creación de contenidos editoriales) en el que, a través de crónicas, reportajes, ensayos y cifras se abordan los derechos económicos y el lugar de las mujeres en la economía actual.
Al hablar sobre su participación en el libro con un texto sobre el trabajo doméstico, la editora y periodista Claudia Itzcowich dijo que la causa del rezago de las mujeres en el mundo laboral es el trabajo en el hogar, la doble jornada de las mujeres bajo la idea de que son las responsables del cuidado y la limpieza de los demás y el acuerdo tácito de que por lo tanto, el tiempo que le dediquen a esas labores no necesita ser reconocido.
“Si tomamos en cuenta el tiempo dedicado al trabajo en el hogar y lo que hace posible en el mercado laboral estamos hablando que representa el 22 por ciento del producto interno bruto (PIB)”, señaló.
Indicó que de las 2.3 millones de personas que trabajan en el servicio doméstico 95 de cada 100 son mujeres, pero el 22 por ciento de los hombres recibe más de tres salarios mínimos, mientras que solo 3.9 por ciento de las trabajadoras del hogar alcanza este monto, lo que configura un problema de equidad.
Agregó que en la propia Ley Federal del Trabajo (LFT) no es descabellado extrapolar la discriminación hacia el trabajo en el hogar como un asunto de genero, pues incluso en la reforma laboral de 2012 la LFT le asigna a las mujeres 12 horas de trabajo en lugar de 8 diarias.
“Dice que deben tener tiempo para descansar 9 horas consecutivas en la noche y tener en algún momento 3 horas más de descanso, el resto pueden perfecta y legalmente trabajar 12 horas al día, pero en todo caso en la práctica la ley muy rara vez entra en juego”, comentó Itzcowich, quien precisó que menos del 10 por ciento de las trabajadoras del hogar ha firmado un contrato y son mucho menos aún las que están afiliadas al Seguro Social.
La periodista y editora Galia García Palafox, habló sobre algunas dificultades que enfrenan las mujeres en el mundo del trabajo y ejemplificó que ante la dificultad de conciliar la vida laboral con la familiar, muchas mujeres encuentran en la informalidad una forma de salir adelante y mantener a sus familias porque cuando el Estado no les da guarderías, el trabajo informal les permite llevar a sus niños a la escuela y luego ir a poner un puesto en el tianguis.
La directora de la Fundación Banorte, Friné Salguero, dijo que la idea del texto surgió en 2014 con el diseño de una estrategia de empoderamiento o autonomía económica para las mujeres.
“Con esta publicación pretendemos destacar la importancia de desarrollarnos como una sociedad equitativa, incluyente, plural y en equilibrio para que todos tomemos un rol activo y ser parte del campo”, comentó durante la presentación del libro, realizada en el Museo Tamayo.
Al comentar la obra, la directora ejecutiva de la International Network of Women´s Funds (INWF), Emilienne de León dijo que en el país no hay una política pública integral que permita a las mujeres empezar en la pequeña empresa e ir creciendo.
“Ahí nos quedamos en la cooperativa, en el micro crédito y eso no nos va a sacar adelante, ni va a sacar adelante al país. ¿Porqué no podemos nosotras incursionar de otra manera donde los ingresos no sean solo para la subsistencia sino para crecer económicamente, para lograr invertir en el futuro y para ampliarse?”, cuestionó.
Itzcowich comentó que la relación que se da entre empleadores y trabajadoras del hogar suele estar cargada de aspectos simbólicos que no tienen que ver con la remuneración ni con las prestaciones y en esa maraña que se suele crear en todos los hogares donde hay una trabajadora del hogar se confunden los derechos con favores: como es el caso ofrecer vacaciones, lo cual no es un regalo sino un derecho y una obligación por parte del empleador.
“Una de las soluciones que han pensado los estudiosos de la materia es la de objetivar y formalizar este trabajo, es decir que se firme un contrato, que haya una jornada, que se paguen horas extras en dado caso”, comentó, sin embargo, dijo que en México la legislación no ha creado una figura legal para inscribir a las trabajadoras del hogar en el Seguro Social y aunque existen atajos como el régimen voluntario, o el registrarse como empresa para hacerlo, “resulta carísimo”.
"Ese tipo de cosas son las que en la ley resultan la base de la discriminación”.
El libro, que se compone de una investigación con datos duros sobre la situación de las mexicanas en temas como educación, salarios, trabajo en el hogar y maternidad, así como de historias de éxito de proyectos de mujeres y reportajes narrativos y fotografías tomadas por mujeres, está a la venta en la Ciudad de México en E_spacio Travesías, librerías Gandhi y el Péndulo y en Guadalajara en Gonvill.