En las pasarelas de París, la moda se declina en colores
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<span></span><span style="font-weight: bold;">París, Francia.-</span> De inspiración japonesa, oriental o abstracta, el color presidió los desfiles de Kenzo, John Galliano y Elie Saab, que presentaron en las pasarelas de París sus colecciones de pr?t-á-porter para la temporada otoño-invierno 2008-2009.
Para la casa Kenzo, el diseñador Antonio Marras se inspiró en el patrimonio de la firma para trabajar la lana, que declina en vestidos redondeados grises y rojos, en leggings o en exuberantes vestidos multicolores bordados. El punto adquiere relieve en chaquetas en las que el tejido parece escultura y en vestidos de lana con motivos tejidos de crochet.
Amplios vestidos de mangas kimono con pliegues origami se adornan con rosas, glicinas, motivos geométricos, pinturas caligráficas y bordados.
La gama de los grises va de la mano con las tonalidades brillantes: turquesa, fuchsia, rojo y verde anís.
Después de haber presentado la de Dior, el diseñador John Galliano presentó el sábado por la noche la de su propia firma en medio de un decorado exuberante entre surrealista y oriental capaz de hacer pasar desapercibidos los modelos.
Un nota oriental recorre la colección: amplios pantalones turcos, y faldas-sarouels, es decir largas y fluidas y con el ruedo cosido parar dejar el espacio justo para las piernas.
John Galliano propone también vestidos de muselina acompañados de paletots de magas kimono.
El diseñador libanés Elie Saab opta en esta temporada por los motivos geométricos, inspirado --dijo-- por la pintura de Piet Mondrian.
Asocia, por ejemplo una falda estriada de franjas verticales negras y blancas con un top estampado con rectángulos coloridos.
Cuadros de color se mezclan con el negro y el blanco que dibujan rayas que evocan las líneas hipnóticas del arte cinético.
Las mezclas de motivos y colores se acopañan con un contraste también en las materias.
Para la casa Herms (cuya colección diseña paralelamente a la de su propia casa), Jean-Paul Gaultier propuso un vestuario de tonos otoñales (rojo óxido, leonado, verde musgo, marrón...). Largas faldas de cuero a franjas y leves abrigos con motivos de cachermira con cordones de masamanería como cinturones. Las estolas son también de cachemira.
El guardarropa Herms incluye asimismo trajes sastre de cuero de colores diversos. Un largo vestido de muselina lleva cuello de visón y cinturón de cocodrilo.