Tres nuevos partidos

Opinión
/ 2 octubre 2015

El proceso electoral de 2015 para renovar la Cámara de Diputados Federal arrancará el próximo siete de octubre. Solo faltan dos meses y una semana. En esta contienda electoral, se contará con la participación de diez partidos políticos nacionales. El Instituto Nacional Electoral (INE) acaba de conceder el registro a tres nuevos partidos. En la sesión extraordinaria del pasado nueve de julio, el INE autorizó dichos registros, por lo que aumentarán las animadversiones político-electorales a partir de este mes.

Los nuevos partidos accederán, en consecuencia, a las jugosas prerrogativas que ello implica. Se trata del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el partido de Andrés Manuel López Obrador, el Partido Encuentro Social (PES) y el Partido Humanista (PH) liderado por un lagunero. Estos incipientes partidos cumplieron con las exigencias referentes a la formulación de Documentos básicos y sobre todo, a la afiliación requerida por el difunto Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe): un mínimo de 219 mil 608 ciudadanos correspondientes al 0.26 por ciento del padrón utilizado en la elección federal ordinaria anterior (en este caso, 2012), así como la celebración de por lo menos, 20 asambleas estatales o 200 distritales.

La Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del INE dio cuenta de una serie de prácticas ilegales exhibidas en las asambleas, tales como la entrega de despensas y otras dádivas a cambio de la afiliación y presencia de ciudadanos en asambleas distritales y estatales. En el caso del PH (que encabeza el expanista y excandidato a la presidencia municipal de Torreón Coahuila, Javier López Macías), según lo declaró la propia Comisión, se detectó la entrega de despensas en cinco asambleas distritales. El PES, no se quedó atrás e incurrió en entrega de despensas en 10 asambleas distritales realizadas en Chiapas, Estado de México, Durango, Jalisco, Oaxaca, Guerrero y Coahuila. Además, este partido ha sido señalado por compartir miembros pertenecientes a iglesias evangélicas.

Estas prácticas, sin duda, incrementan el nivel de desconfianza hacia los partidos políticos. Según el IFE, los partidos en términos de confianza no alcanzan ni el 20 por ciento entre los encuestados. El problema es que indudablemente no puede entenderse un régimen democrático sin la existencia de un sistema de partidos plural y competitivo. Una de las principales descalificaciones a los partidos va directo con el financiamiento público al que, por ley, tienen derecho.

Sin embargo, hay que aclarar que el registro de nuevas organizaciones no supone costos adicionales al erario público. Al respecto María Marván Laborde precisa: “la fórmula que determina cuánto dinero se entrega a los partidos políticos depende del número de mexicanos empadronados –este se multiplica por el 65 por ciento del salario mínimo vigente para el Distrito Federal-, esta cantidad se reparte entre tantos partidos como haya; por tanto, a mayor número de partidos, menos dinero para cada uno”. Por lo que el dinero que recibirán los nuevos partidos se les quitará a los partidos existentes. Según calculan cada uno recibirá un poco más de seis millones de pesos mensuales.

Los partidos, no solo se tendrán que repartir el dinero, sino también los votos. Los nuevos partidos disputarán el mismo nicho de votos. Morena intentará arrancarle todos los sufragios que pueda al PRD, al PT y al MC. Para el caso del PH y el PES la disputa será entre los sectores conservadores. Aunque el Frente Humanista negó tener vínculos con el calderonismo, seguramente le disputará votos al PAN, sino al tiempo, en el caso de Torreón, López Macías, sigue contando con amigos que militan en el albiazul y que está inconformes con su dirigencia.

Los nuevos partidos, como lo dispone la ley, por ser su primera prueba ante el electorado, están imposibilitados para concertar alianzas, tienen que competir solos. Y como lo establece, el artículo 94 de la Ley General de Partidos Políticos, el mínimo porcentaje de votación para asegurar el registro será del 3 por ciento de la votación válida emitida el primer domingo de junio de 2015. En consecuencia los nuevos partidos políticos no la tienen fácil. Tendrán que echar la carne al asador para asegurar su registro. ¿Lo lograrán? ¿Qué pasará en el intento, se llevarán a otros de los partidos chiquitos? En junio de 2015 lo sabremos.

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