Contemplaciones adaptivas desde la necesidad de la comodidad; no es igual estar bien que aguantar
COMPARTIR
Me acabo de dar cuenta de algo. A veces veo que personas de la tercera edad, como yo, tienen una letra enorme en la pantalla de su celular. Y mi parte juiciosa, ese inquilino a que se ha referido Mafalda, me dice, “Ay, pobre. Tú nunca pongas tu celular así, se dará cuenta la gente que estás vieja.” Ahorita que comencé a escribir, cambié el tamaño de la imagen de mi pantalla de 100% a 140%. Pensé, “Es mucho, no lo subas tanto.” Luego pensé una serie de cosas distintas. Primeramente, no hay nadie aquí que se de cuenta. Segundo, sé que estoy cansada y la vista se cansa junto con el resto de mí. Y luego pensé que es mucho más inteligente hacer lo que tengo que hacer para estar cómoda que insistir en que mis ojos, con lentes progresivos, vean una pantalla (distancia intermedia) fácilmente, cuando sé que eso NO es posible.
Eso me manda a muchas otras contemplaciones adaptativas. Lentes, zapatos cómodos, aparatos auditivos, dejar los lácteos, tomar suplementos. No son solamente para gente mayor. A mi nieto de 9 años le acaban de graduar lentes. ¡Se ve precioso! También hay niños y adultos que usan frenos (brackets), y que requieren tratamientos dentales especiales, como retirar piezas, etc.
Hace un momento que aumenté el tamaño de la imagen en mi computadora, declaré, “Por favor, haz lo que requieres para estar cómoda. ¿Qué sentido tiene vivir aguantando cosas que son fácilmente resueltos?” Tampoco veo el sentido de vivir aguantando cosas que requieren más esfuerzo resolver. Necesito sábanas y almohadas nuevas, por ejemplo. Ya que ando en eso, colchón también. Últimamente he sentido que quiero rediseñar unos cuantos espacios en mi casa. Veo que necesito cosas nuevas. ¿Pero, para qué?
Comodidad. Muchos de nosotros tenemos un afán sorprendente por aguantar situaciones incómodas. Ropa que no nos queda. Hambre. Sed. Cansancio. Empiezo a pensar que tengo muchos ajustes que hacer en mi vida. Creo que nunca es bueno pensar, “No importa, así está bien.” Especialmente cuando no está bien. Es más, ya subí la pantalla a 150%.
Encuesta Vanguardia
$urlImage