¿Dar positivo es negativo?
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Enfermarse nos suena a bajar.
Y sanar nos suena a subir.
Sin embargo en un hospital te dan “de alta” cuando enfermas y “de baja” cuando sanas.
En esto de las pruebas dar positivo es lo negativo porque significa que estás contagiado. En cambio lo negativo es buena noticia porque te dice que estás sin virus... todavía.
Gritar, cantar, toser, estornudar y hablar cerquita son verbos de transmisión virulenta.
A los Ómicron les encantan las gargantas como trampolín, como catapulta para sus saltos olímpicos de contagio.
Gotículas flotantes son los drones preferidos de la variante, nombrada con la vocal griega que se conoce por lo redondo.
No vacunarse equivale a futura hospitalización, con riesgo de gravedad y peligro
de deceso. De hecho, dicen que un 70 por ciento de los hospitalizados son personas no vacunadas.
En lenguaje coloquial no pandémico: lo positivo es que haya distancia, cobertura buconasal, lavado de manos, uso de gel alcoholizado para desinfectar, estornudar y toser en el vértice del ángulo que hace el brazo
flexionado, ventilar y no aglomerarse y abstenerse de gritos y acercamiento al hablar.
Y lo negativo es omitir todo eso y volverse vulnerable en grado máximo para sumarse
a la creciente estadística coahuilense de contagiados.
VIOLENCIA CRECIENTE
Tenían razón en aquel museo. En la sección de grandes depredadores anunciaban al peor. Había que recorrer cortina para verlo. Al recorrerla, era un espejo que reflejaba al ser humano visitante.
Es una especie que se ha vuelto muy peligrosa para sí misma, no por canibalismo, sino por impulsos homicidas. No por dentadura, garras o musculatura, sino por armas blancas y de fuego, sumadas a la propensión a la agresividad incontrolada.
México ha denunciado el tráfico de armas y la facilidad de su compraventa en las regiones fronterizas. Las gráficas estadísticas muestran porcentajes que si van “a la baja” es para tomar vuelo y volver a ponerse “a la alta”.
Eso de matarse es un viejo problema nacional. Allá en los tiempos universitarios, cerca del mar Cantábrico, se hablaba de los chistes mexicanos. Todos eran de pas, pas: “¿Te gustan las flores?”, “Claro”, “Pas, pas, mañana te llevo un ramo”; “¿Cuánto pesas?” “Setenta kilos”, “pas, pas y dos onzas”, y nadie hablaba entonces, todavía, de “operación rápido y furioso”.
Esperemos que la denuncia mexicana tenga apoyo internacional para llegar a
efectos legales contra productores y expendedores.
VOX AMORIS
La orquesta filarmónica de Saltillo fue un gran asombro en su presentación en el Festival Cervantino. Su calidad de ejecución es en verdad impresionante
Inspirados en ese gran logro se organiza el grupo coral con nombre en latín “Vox Amoris” (la voz del amor). Y la originalidad es la apertura que tiene para descubrir talentos saltillenses para el canto. Invitan a todas las personas que se sientan con buena voz y amen el canto a que se inscriban para sus ensayos y fortalezcan el coro.
Se ven decididos a escalar cumbres. Preparan audiciones con obras de Mozart y de Beethoven.
La musicalidad de alta calidad fue conocida por la Rondalla de Saltillo. Por sus numerosos conciertos y por sus discos grabados. Su romanticismo evocador ha tenido muchos simpatizadores.
La fuerza pacificadora de la música y su elevación hacia la belleza acústica tienen un gran poder para espiritualizar y ennoblecer las actitudes íntimas en los ejecutantes y en los oyentes.
Esperemos que la voz del amor tenga muchos ecos por el entusiasmo de quienes irán integrando “Vox Amoris” en los próximos conciertos. Seguramente tendrán gran difusión y aprobación...