‘Día de las Madres’, ¿cómo debemos festejar la fecha?

El Día de las Madres constituye, a no dudarlo, una de las fechas más importantes del calendario cívico mexicano. Sin embargo, conviene cuestionar si la conmemoración implica realmente un reconocimiento al valor que las mujeres tienen en nuestra comunidad o es solamente un pretexto para dar rienda a nuestros impulsos consumistas.

Las estadísticas ayudan mucho para dimensionar el verdadero significado de la fecha y las que publicamos en esta edición lo que nos dicen es que las mujeres que están a cargo de hogares, es decir, las mujeres que más responsabilidades asumen, no necesariamente tienen razones para festejar ruidosamente la fecha.

Sin duda es importante que en el ideario colectivo la figura de la madre conserve -y se le reconozca- un papel relevante. Pero cabría preguntarse si el reconocimiento que hoy se les hace está en consonancia con el nivel de esfuerzo que realizan en el propósito de construir familias y, en última instancia, una comunidad.

Más aún, lo que conviene preguntarse es la forma en la cual se conciben en nuestra sociedad las responsabilidades domésticas y la forma en la cual se distribuyen las cargas que el denominado “trabajo del hogar” implica pero que históricamente ha recaído en las mujeres.

Múltiples estudiosos han analizado el papel que las mujeres tienen en las sociedades modernas y han expuesto opiniones críticas relativas a la festividad del Día de las Madres. Se trata de visiones que cuestionan, sobre todo, el papel consumista que implica la festividad.

No se trata, desde luego, de condenar la celebración porque la fecha implica un momento del año en el cual todos volteamos a ver la figura materna y expresamos nuestro reconocimiento al valor que tiene en la construcción de la comunidad de la cual formamos parte.

De lo que se trata es de llamar a la reflexión más sosegada sobre el papel que las mujeres y, sobre todo, las que son madres, tienen en la sociedad de nuestros días. Se trata de un papel que va más allá de su capacidad de gestación y que constituye una oportunidad de transformación cultural.

La aspiración de igualdad que impulsa el movimiento feminista de los últimos años en la sociedad global -impulso al que la comunidad mexicana no es ajeno- debe convocarnos a todos a revalorar el papel del segmento femenino de nuestra comunidad.

El pleno acceso de las mujeres a una condición de igualdad pasa, necesariamente, por el reconocimiento de que su género no las “condena” de forma irremediable a jugar un rol específico en las relaciones comunitarias, sino que deben tener la posibilidad de crecer y desarrollarse en igualdad de circunstancias.

Celebremos pues a las mujeres que son madres en esta fecha, sin escatimar el reconocimiento que merecen, pero hagamos un esfuerzo para que, el resto del año, tengan la posibilidad de acceder a la condición de igualdad que reclaman y merecen.