IEC: el árbitro
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Elección 2017:
Las fallas del árbitro
Habían pasado unas horas de la elección a gobernador más competida de la historia de Coahuila cuando, la madrugada del lunes 5 de junio del año 2017, la presidenta del Instituto Electoral (IEC), Gabriela de León, apareció en conferencia de prensa para dar a conocer los resultados del conteo rápido de lo que ella llamó “un ejercicio de estimación estadística de alta precisión”.
El conteo daba como ganador a Guillermo Anaya, candidato del PAN, con una votación de entre el 37.41 y el 39.08 por ciento, y Miguel Riquelme en segundo lugar con una votación de 36.64 al 37.41 por ciento.
La presidenta del IEC dijo que este conteo había sido elaborado por un comité técnico asesor integrado por “científicos expertos en áreas de la estadística y matemáticas”, que habían seleccionado 694 casillas para elaborar una muestra representativa del total de las 3 mil 627 instaladas para la jornada electoral. Pero la noche de la elección, el comité emitió su dictamen con la información de apenas 379 casillas, es decir, con solo el 54.71 por ciento del total seleccionado; una falla estadística inadmisible en un trabajo científico, que por supuesto arrojó un resultado sesgado e incorrecto. A pesar de ello, Gabriela de León dio a conocer el dictamen que abonó a la confusión electoral.
A la cadena de errores se sumó que el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) se congeló en el 71.91 por ciento de avance y jamás llegó al 100 por ciento y en el punto en que se detuvo la ventaja la tenía ya el candidato del PRI. Así pues, los dos instrumentos que tiene la ciudadanía para conocer los resultados previos fallaron y con ello inició el conflicto poselectoral. Una crisis alentada por la improvisación, falta de preparación, experiencia y poca confiabilidad de la presidenta y algunos de los consejeros electorales, quienes llegaron al IEC, unos desde la oscuridad y otros, impulsados por cuestionables personajes.
Coahuila Digno
Con la incertidumbre provocada por el árbitro electoral y con un conteo rápido en que decía que él había ganado, Guillermo Anaya marchó con miles de coahuilenses por las calles de Saltillo en protesta por los resultados del Programa de Resultados Electorales Preliminares, que en ese momento daba el triunfo al priista Miguel Riquelme. A la marcha se unieron los otros candidatos: Armando Guadiana, Javier Guerrero, Luis Horacio Salinas y José Ángel Pérez.
El domingo siguiente
Una semana después del domingo cuatro de junio, el Consejo General del IEC entregó la constancia de mayoría al abanderado del PRI, Miguel Riquelme. En el cómputo final, el priista obtuvo 482 mil 874 votos (38.89 por ciento), y Anaya 452 mil 14 (36.41 por ciento). Un total de 30 mil 860 votos de diferencia en una elección con una participación ciudadana superior al 61.26 por ciento.
Pero Guillermo Anaya insistía en su triunfo, aunque sin mostrar -como había ofrecido- las actas de cada una de las 3 mil 627 casillas. Aun así, la narrativa del fraude crecía, alimentada por videos en redes sociales que mostraban algunas urnas sin los sellos requeridos o mal empacadas.
Con el transcurso de los días, el discurso del presunto fraude electoral empezó a variar y se transformó del “Ganamos”, a “El PRI ganó por rebasar el tope de gastos de campaña y la intervención de funcionarios públicos”. Fue el caso del entonces secretario de Desarrollo Social, Rodrigo Fuentes, y del regidor de Torreón, Mario Cepeda, personaje a quien hoy nadie le cree y que como dijera Borges sobre el poeta Santos Chocano, “Los dioses no consintieron que deshonrara el patíbulo, muriendo en él. Ahí está vivo, después de haber fatigado la infamia”.
El Frente Coahuila Digno acusó al candidato del PRI de rebasar el tope de gastos de campaña marcado en 19 millones, acusación que sonaba bastante delicada, pero que no pudo sostenerse en pruebas y al final, el INE informó que el PRI y su coalición habían gastado 21 millones 266 mil 181 pesos, un rebase del 11 por ciento, suficiente para solicitar la nulidad de las elecciones. Pero la Sala Superior del Tribunal Electoral Federal enmendó la plana a la dupla INE-IEC, reduciendo a 310 mil pesos los gastos excedidos y finalmente, el 24 de noviembre del 2017, el TEPJF confirmó por unanimidad la declaración de validez de la elección y confirmó como gobernador electo a Miguel Riquelme.
Recobrar la gobernabilidad de Coahuila ha requerido de un Riquelme conciliador, diplomático, paciente y con habilidad política, lo que le ha permitido alcanzar altos niveles de aprobación ciudadana.
La elección de quién sancionará la elección
La historia siempre se repite y cinco años después, el Consejo General del IEC fomenta la desconfianza en el proceso electoral 2023, al guardar un silencio ominoso ante los presuntos actos anticipados de campaña que realizan todos los precandidatos de los principales partidos políticos.
Además, se acerca el momento de elegir al árbitro que dirimirá la elección de gobernador en 2023 y, de nuevo, intereses creados, grupos de poder y la oligocracia del INE, pretenderían influir para imponer a uno de los suyos como nuevo presidente del Instituto Electoral de Coahuila.
La versión que corre con más fuerza es que desde las sombras José Luis Vázquez López, Vocal Ejecutivo local del INE, promueve a Rodrigo Germán Paredes Lozano, originario de Aguascalientes, pero residente en Coahuila. El intento tendría el propósito de controlar todas las instituciones electorales del Estado pero, al parecer, el Rodrigo Paredes, actual empleado del INE, se ha desbocado, cometiendo imprudencias y buscando reunirse con representantes de los partidos políticos para informarles de su inminente llegada a la presidencia del IEC.
Pero hay un dato gravísimo, pues en la entrevista que Rodrigo Paredes hizo el pasado martes ante los consejeros nacionales del INE, como parte del procedimiento de selección, declaró que en el proceso electoral 2012, cuando fungió como Vocal Ejecutivo Distrital del INE en Matamoros, Tamaulipas, se reunió con grupos del crimen organizado para pedirles su autorización para entrar a determinados territorios y poder así, realizar trabajos de capacitación. Lo repito, un empleado del INE, Rodrigo Paredes, aceptando haberse sentado a dialogar con presuntos miembros de un cártel del narcotráfico. La entrevista la puede encontrar usted en la página oficial del INE en YouTube https://www.youtube.com/watch?v=j7jPG0_Y37k o en www.ine.mx
Por otra parte, hay quien asegura que Gabriela de León no se resigna a perder el poder, y quiere perpetuarse a través de su exsecretario Ejecutivo, Francisco Javier Torres Rodríguez. Insisto: la alta burocracia de la dupla Instituto Nacional Electoral e Instituto Electoral de Coahuila, conspirando para autogobernarse y demostrando que de la experiencia de la elección del año 2017 ni aprendieron, pero tampoco olvidaron nada.
Continuará...
@marcosduranf