Intereses altos,
grandes problemas
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El Banco de México dio la “sorpresa” este jueves con un aumento de 75 puntos (0.75%), dejando la tasa de referencia a partir de este viernes en 7.75%. El aumento llama la atención por dos razones; es el más alto de la historia en una reunión de política monetaria desde que se utiliza este esquema y el anuncio simultáneo de que no será el único de esta magnitud en lo que resta del año.
Al mismo tiempo, esta semana se publicó el dato de la inflación en la primera quincena de junio y nuevamente hubo “sorpresa” para muchos pues ésta alcanzó un terrible 7.88% en su tasa anual y 0.49% en el primer periodo quincenal de junio. Muy alta dadas las condiciones actuales y los aumentos que venían dándose en el Banco de México para combatirla. Queda claro que lo realizado hasta el momento es insuficiente para contenerla hoy y en el futuro, que es donde más preocupa porque tendremos condiciones de deterioro económico que pondrán a prueba la capacidad financiera y económica del país en los siguientes 12 meses. La lucha contra la inflación vendrá acompañada del deterioro económico nacional exacerbada, por tres factores: a) la recesión norteamericana; b) el bajo potencial de crecimiento económico nacional y c) un elevado costo del dinero cuando inicie la recuperación.
La recesión norteamericana es un hecho, empiezan a verse las primeras evidencias de ella al aumentar esta misma semana el ahorro. Los bancos comerciales captaron ya un 2% más en depósitos a la vista. Ante la expectativa de mayores tasas de interés para los que quieran tener su dinero en los bancos, la gente ya dejó de gastar un poco y puso su dinero a generar más dinero, la clave del capitalismo. Sin embargo, esto irá disminuyendo el consumo conforme pase el tiempo y las tasas vayan aumentando en el vecino del norte. Ya dijo la Reserva Federal norteamericana que los intereses al ahorrador podrán llegar a 3.75%, cuando menos, a mediados de 2023. Para México implica una disminución de la exportación. Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, dejaría de comprar al menos entre un 7 y 11% de lo que nos compra actualmente. Se espera que las manufacturas sean las más afectadas ya que datos recientes sugieren que las reservas de dinero de ciertos ciudadanos serán aprovechadas cuando queden desempleados para viajar y hacer lo que no hicieron durante la pandemia.
En lo que respecta al potencial de crecimiento económico nacional, preocupa que la inflación sea tan alta con respecto al crecimiento del producto interno bruto, que en el primer trimestre fue de 1.8%, pero con una inflación mayor al 7%. Nada de qué sentirse feliz porque además el riesgo de estanflación (bajo crecimiento económico y alta inflación) sigue deambulando dentro del sistema económico mexicano, y más ahora que a pesar de los incrementos de las tasas de referencia, la inflación no cede. En diciembre pasado había expectativas de crecimiento que alegremente rondaban hasta el 4.1%, pero que en realidad se sabía, eran de 2.8% a 3.1%. Si se aprovecha lo que queda del año, este segundo semestre, antes de que inicie de forma clara el ciclo económico a la baja de Estados Unidos, se podría obtener un producto interno bruto cercano al 3% en México. Hay que recordar que las diferentes organizaciones financieras redujeron en marzo, de manera unánime, la expectativa de crecimiento para este 2022 a 2.1% como máximo.
El último punto, el elevado costo del dinero y que seguirá subiendo, será una verdadera piedra que tendrá que arrastrar la economía nacional en el cuarto trimestre de este año y el primero del 2023. Los miembros del consejo de política monetaria de Banxico se han pronunciado por que haya otros dos aumentos de 75 y uno más de 50 puntos base en este segundo semestre. Sin embargo, no hay que descartar que podrían ser uno de ellos mayor a lo esperado si la inflación no cede. Este hecho ocasionará dos problemas: a) un arranque económico lento de 2023 por tasas de interés muy elevadas cuando el ambiente económico empiece a mejorar (créditos muy caros), y desde luego, b) salarios muy depreciados por el golpe inflacionario y por la poca disponibilidad a contratar que habrá por parte de los empresarios ante el elevado costo del dinero para iniciar nuevos proyectos o expandir los ya existentes.
En conclusión, se espera que en este segundo semestre el mercado de dinero y capitales muestre nerviosismo, reflejado en alzas en las tasas de interés comercial, lo que hará que los créditos de corto plazo dejen de adquirirse por lo caro que serán. Aunque los proyectos de largo plazo también se verán perjudicados, lo serán en menor medida porque la expectativa es que en un año, se regrese a tasas de 6 ó 7%. El crecimiento sigue estando acotado por la inflación que como se ha pronosticado seguirá con esta tendencia de estar alrededor del 8%. Se verán mejoras hasta septiembre de este 2022 como lo hemos dicho, ya que disminuya el consumo norteamericano, y avance más la adaptación del mundo hacia los estragos ocasionados en las cadenas de suministro derivados del enfrentamiento entre Ucrania y Rusia.
Si debe dinero en tarjetas de crédito, pague de inmediato porque los intereses llegaran cuando menos al 90% anual. Cuide su dinero, porque viene la época en donde el efectivo será el “rey”. Es en este tipo de circunstancias en que se hacen los mejores negocios. Tome en cuenta que los siguientes seis, máximo nueve meses, serán los más difíciles para salir de esta complejidad económica. La apuesta es a que en 2024 el mundo dejará atrás totalmente la pandemia y la problemática económica que ésta ocasionó. Por lo pronto hoy tenemos la quinta ola del COVID-19 y una crisis económica en el horizonte, vaya combinación.