La congruencia...
COMPARTIR
TEMAS
“Eres lo que haces y lo que dices. Las dos cosas, y si no son compatibles, no eres creíble”.
Walter Riso
La congruencia radica entre lo que se dice y se hace. Su origen etimológico viene del latín congruentia. Cuando alguien es congruente estamos frente a una persona que hace lo que predica. Ser congruente no es pose, no es hoy soy y mañana no. Se trata de un compromiso con nosotros mismos. O eres o no eres congruente, no hay medias tintas. Es relevante subrayar que este concepto en política, se traduce implícitamente en el conjunto de valores, principios e ideales que constituyen el ser de un país. En la arena política, tenerla es una virtud, una gran virtud. Es la que da consistencia al político, la que lo hace creíble y digno de confianza. Sin ella, el debate público carece de sentido, se pierde en el marasmo de un alegato barato, toda vez que se atraviesa una especie de dique que abreva en la no aceptación de poner a prueba lo que se piensa y dar por no válidas las ideas de los demás. Al político incongruente le da pánico abrirse a ideas alternativas y por eso las excluye.
Hoy tenemos en México un desfile de ataques entre rivales políticos alimentados en mucho, en su ausencia de congruencia, más de uno la “padece” por andar de saltimbanqui de un partido a otro o por no tener clara su posición sobre el tema puesto en la palestra. Diseñar políticas públicas para la solución de problemas pone a prueba la congruencia de los políticos, ya que construir soluciones que mejoren la calidad de vida conjugando en plural, demanda voluntad para el diálogo abierto, sin miedo a la crítica, capacidad de negociar e incluso hasta cambiar de opinión si es necesario, como lo hacen los grandes estadistas, y de frente a la nación, porque los acuerdos de cloaca son los que han impedido a México despegar como nación incluyente y exitosa, y el que una caterva de rufianes se hayan hecho y se sigan haciendo ricos a costa de la miseria de millones de personas a las que tienen acostumbradas a vivir del desgraciado asistencialismo electorero institucionalizado, y a otros tantos hundidos en la indiferencia y a otros más en la complicidad consuetudinaria. Perdón por el exabrupto. Hoy día la política mexicana está extra polarizada. Y esto NO ES SANO. Es veneno puro para la política institucional, para la gobernabilidad. Paraliza el tránsito de los acuerdos necesarios para el avance del país.
Me rebela la actitud del presidente López Obrador, y lo digo como mexicana, como ciudadana. No soy una mujer cerrada a reconocer lo que se haga bien a favor de los mexicanos, al margen de colores partidistas. Verbi gratia, la inseguridad pública ha alcanzado niveles estremecedores en nuestro país, el avance y fortalecimiento de la delincuencia organizada están a la alza y la incapacidad e ineficacia del gobierno a la baja. Él dijo que iba a combatir la corrupción y lo que tenemos a la vista son vendettas personales, indigno de un hombre que tiene a su cargo el gobierno y la administración de un México tan diverso, no como el que está empeñado en decretar que es. Defiende hasta la ignominia la incapacidad de gente que forma parte de su gabinete y eso también es CORRUPCIÓN. En estos tiempos de la era digital, es bien fácil ser captado en un acto de incongruencia, en un video, una grabación de voz, hasta en una foto. A propósito de, el actual fiscal general de la República, Gertz Manero, llevado de la mano al cargo por López, “ilustra” el punto. ¿En semejantes manos está la investigación de los delitos y el esclarecimiento de los hechos; otorgar una procuración de justicia eficaz, efectiva, apegada a derecho, que contribuya a combatir la inseguridad y disminuirla, prevenir del delito...? Fue muy “edificante” escuchar el “diálogo” entre Lozoya padre y el fiscal. López Obrador puede removerlo, ¿usted cree que lo hará? Y hay más ejemplos, pero falta espacio. ¿Y qué me dice de lo que está ocurriendo en el sector público de salud? Me parte el alma. Los hospitales y clínicas funcionan gracias al personal comprometido con sus labores, porque la dizque “austeridad franciscana” a la que los tiene sometidos es horrenda. Asimismo, la perversión de ideologizar en lugar de educar en la escuela a las nuevas generaciones, no tiene madre. Quiero llorar. Cuando se atenta contra estos dos derechos básicos, nomás porque se tiene el poder para hacerlo, se requiere ser un desalmado, un perfecto desgraciado hasta la médula.
Y también se necesita ser un necio redomado para no advertir que a nuestro país se lo está cargando Gestas. A ver si tiene los tamaños la oposición, y los electores el coraje y la determinación, para ponerle un hasta aquí al dictador en las urnas el 2024, y como preámbulo en Coahuila y Edomex, el año próximo.