Los mutantes
La última vez que usé la palabra “mutantes” fue cuando publiqué el brutal cambio que dan los mexicanos, cuando de la desobediencia total pasan a la obediencia extrema, a la velocidad de la luz
Les platico:
La última vez que usé la palabra “mutantes” fue cuando publiqué el brutal cambio que dan los mexicanos, cuando de la desobediencia total pasan a la obediencia extrema, a la velocidad de la luz
Me voy a explicar con cierto caso que suena a chiste, pero no lo es. Arre!
Primer acto:
Un mexicano sale en su automóvil de Monterrey hacia San Antonio, Tx.
Como es casi de madrugada se va volando los semáforos en amarillos y uno que otro rojo.
Apenas coge carretera, le mete a 150 km/h.
No lleva puesto el cinturón de seguridad y va tirando basura por las ventanas.
Segundo acto:
Apenas pasa el puente de Nuevo Laredo y se enfila a San Antonio, solo cruza los semáforos cuando están en verde.
En amarillo? Qué esperanzas.
Se pone el cinturón de seguridad y no le sube a más de 110 km/h.
¿Basura por la ventana? Ni madres. Los letreros que aparecen a la orilla del camino -Don’t mess with Texas- lo disuaden de hacer de las suyas como lo fue haciendo del lado mexicano.
Tercer acto:
Después de do o tres días en San Antonio, donde mantuvo semejante comportamiento ejemplar, regresa a Monterrey.
Y apenas cruza el puente se va volando los semáforos en amarillo y hasta en rojo.
No trae el cinturón de seguridad, va tirando basura por la ventanilla y en la carretera vuelve a meterle a 150 km/h.
Guau! Qué cambiazos.
N’ombre, esos no fueron cambios, fueron mutaciones, por la rapidez con que se dieron en uno y en otro sentido.
Ahora sí, al caso:
Conozco al dueño de un negocio de hamburguesas en el Centrito de la Colonia Del Valle de San Pedro Garza García, que se prestó hace como dos meses a que el alcalde Miguel Treviño grabara un comercial en su negocio, prometiendo que ahí para diciembre ese emblemático polo comercial del municipio quedará con madre.
Hoy, dicho lugar parece zona de guerra y los negocios están bajando la cortina para no subirla más, porque se mosquean feo debido a la falta de clientes.
Es más, ni los proveedores pueden entrar porque hay zanjas peores que las trincheras de la II Guerra Mundial.
A pesar de eso, el susodicho dueño de ese puesto de hamburguesas hizo mejores gracias que las focas aplaudidoras a favor del alcalde.
Reitero, eso fue hace como dos meses, pero ahora se le está tirando a la yugular al alcalde y de cabrón desconsiderado no lo baja.
Guau! Qué manera de cambiar de parecer.
De todo el amor a todo el odio a la velocidad de la luz.
Nombre, eso no es cambio, es mutación.
Samuel García está igual.
Lo mismo ocurre con el gobernador de NL, que durante su campaña y antes siendo diputado y luego senador, puso como palo de gallinero al presidente López Obrador.
Es más, Samuel quería que NL se separara del pacto federal.
Es más, promovió una huelga de pago de impuestos.
Ah, pero ahora que le anda haciendo ojitos a aparecer en las boletas por la presidencia en 2024 por el lado del MC, se deja querer por el presidente y le corresponde con arrumacos virtuales y en persona.
Del odio al amor a la velocidad de la luz.
Guau! Qué cambiazo.
Nombre, eso no es cambio, es mutación.
Cajón de sastre:
“El interés tienen más patas que un ciempiés, decía tu abuela, la alcaldesa”, remata la irreverente de mi Gaby.
Encuesta Vanguardia
https://vanguardia.com.mx/binrepository/1234x648/37c0/1151d648/down-right/11604/QAKS/placido-garza_1-6236148_20230623162612.jpg