Anticorrupción, ¿a dónde vamos?
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La última semana de enero vivimos de forma paralela dos hechos que podrían cambiar el rumbo del País si se canalizan correctamente, o de forma contraria, dejarnos donde mismo por no aprovechar la oportunidad. Ya nosotros elegimos.
El primer hecho ocurrió el 23 de enero cuando Transparencia Mexicana y Transparencia Internacional presentaron su Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2019, una herramienta que mide los hechos de corrupción de 180 países y en el que México obtuvo 29 puntos de 100 posibles y quedó ubicado en el lugar 130.
Y el segundo ocurrió seis días después, es decir, el 29 de enero, cuando en su primera sesión ordinaria el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) aprobó por unanimidad la Política Nacional Anticorrupción.
Pero vamos por partes, el IPC se llevó a cabo con el apoyo de 13 fuentes de información de 12 instituciones distintas que recopilan percepciones de empresarias y empresarios, así como el trabajo de expertos en anticorrupción de las 180 naciones.
El estudio arrojó que México, en escala de 1 a 100, obtuvo 29 puntos y quedó ubicado en el lugar 130 de los 180 países, los cuales fueron medidos en índices de corrupción, donde en el Continente Americano Canadá obtuvo 77 puntos, seguido de Uruguay (71), Estados Unidos (69), Brasil (35) y Bolivia (31).
Mientras que detrás de México quedaron situados República Dominicana con 28 puntos, Paraguay (28), Nicaragua (22), Hawái (18) y Venezuela (16), lo que deja a nuestro País en un sitio bastante cuestionable.
Como cuestionable también es el lugar que la calificación le da a México entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), grupo de países que engloba el 80 por ciento del comercio e inversiones mundiales.
Aquí México está por debajo de otros miembros que provienen de América Latina: para alcanzar a Chile (67 puntos) debería elevar su calificación 38 puntos en el índice, mientras que para alcanzar a Colombia (37 puntos), próximo país a adherirse formalmente a la OCDE, debería mejorar ocho puntos.
Mientras que en el Grupo de los 20 (G20), que incluye a países industrializados y economías emergentes que concentran el 66 por ciento de la población y al 85 por ciento del PIB mundial, México sigue casi al final de la tabla, por debajo de Brasil (35 puntos) y sólo un punto arriba de Rusia (28 puntos).
Ahora bien, si México quisiera superar a Brasil, su principal competidor económico en la región, tendría que mejorar en siete puntos su calificación en el índice de Percepción de la Corrupción.
En 2018 México obtuvo 28 puntos y en 2019 uno más, es un hecho que mejoramos y, de acuerdo con Transparencia Mexicana, el cambio fue a partir realizar ajustes a la estrategia anticorrupción federal como la incorporación de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda o la entrada en operación de una nueva Fiscalía General de la República con autonomía constitucional.
Aunque para abatir el fenómeno recomiendan consolidar su Sistema Anticorrupción, particularmente a nivel estatal y en los tres poderes, controlar la corrupción de forma nacional y no sólo de la Administración Pública Federal, así como asegurar el cumplimiento de las declaraciones patrimoniales y de intereses para todos los servidores públicos, especialmente en áreas de riesgo y alto nivel, entre otras cosas.
Ahora bien, en el documento de la Política Nacional Anticorrupción, de más de 200 páginas, destacan 40 políticas públicas que trazan cuatro objetivos fundamentales como combatir la corrupción y la impunidad, combatir la arbitrariedad y el abuso de poder, promover la mejora de la gestión pública y de los puntos de contacto gobierno-sociedad, e involucrar a la sociedad y al sector privado.
Es aquí precisamente donde los ciudadanos elegimos si queremos dar el paso al participar de las políticas anticorrupción y exigimos a los gobiernos transparencia en sus políticas o programas, o bien, nos seguimos hundiendo en las aguas negras de la corrupción o navegamos en aguas cristalinas de transparencia. Nosotros elegimos cómo y en donde navegamos.
José Jorge Hernández Briones @jorgeeditor Si usted desea colaborar con este proyecto envíenos sus datos
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