Desfalcos en el SNTE, ¿por fin serán castigados?
COMPARTIR
TEMAS
El ex dirigente de la Sección V del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, José Luis Ponce Grimaldo, fue ingresado ayer en prisión luego de que el juez de la causa que se le sigue determinara que los delitos de los cuales se le considera presunto responsable ameritan prisión preventiva.
A Ponce se le imputan conductas que configurarían los delitos de ejercicio abusivo de funciones, peculado en cuantía mayor y ejercicio indebido de funciones con recursos públicos. La consecuencia ulterior de tales hechos implicaría haber causado un daño patrimonial al Fondo de Ahorro de los trabajadores de la Educación por al menos 3.6 millones de pesos.
Los señalamientos contra el exdirigente gremial no constituyen ninguna sorpresa en el mundillo del sindicalismo, en general, ni en el del sindicato magisterial en particular. Si por algo se ha caracterizado este gremio, considerado “el más rico de México” es por los recurrentes escándalos provocados por el manejo irregular de sus finanzas.
Depositario de crecientes concesiones por parte del Gobierno Federal y los gobiernos de las entidades del país, el SNTE y sus dirigentes han vivido largamente rodeados de “tentaciones” materializadas en la administración de multimillonarios fondos que en realidad no deberían estar bajo su responsabilidad ni cuidado.
Uno de esos fondos es justamente el de Ahorro, una bolsa que se integra con descuentos realizados quincenalmente al salario de los integrantes del gremio que así lo autoricen y aportaciones que realiza el patrón, en este caso el Gobierno de Coahuila.
Las retenciones, sumadas a las aportaciones patronales, son entregadas anualmente a los profesores, pero en el inter sirven para hacer préstamos que generan intereses y de esta forma producen -al menos en teoría- los recursos necesarios para su administración y una eventual ganancia.
Hasta aquí nada extraño, irregular o merecedor de alguna observación. Al contrario: la constitución de este tipo de fondos constituye una recomendación financiera para cualquier institución a fin de contar con un mecanismo que permita a los empleados el acceso a dinero barato cuando requieren liquidez para enfrentar una contingencia.
El problema aparece cuando se decide quién debe hacerse cargo de esos fondos y garantizar una administración profesional, pulcra y honesta de los mismos. De espaldas a cualquier criterio técnico razonable, el Gobierno de Coahuila decidió “ceder” al SNTE el manejo del dinero, lo cual equivale a dejarlo en manos de los dirigentes sindicales.
De este “defecto de diseño” derivan los múltiples escándalos que marcan la vida gremial del magisterio en Coahuila y en México. Por ello es que no sorprende enterarse de este nuevo escándalo.
Lo que sí es una sorpresa es que en este caso se haya decidido actuar penalmente e incluso llevar a prisión a un exdirigente seccional del SNTE. Habrá que ver, sin embargo, si al final efectivamente se le condena por el delito que hoy se le acusa o, como suele ocurrir también, el caso termina disolviéndose en una nube de tecnicismos y maniobras jurídicas de la autoridad.
Habrá que ver si al final efectivamente se le condena por el delito que hoy se le acusa o, como suele ocurrir también, el caso termina disolviéndose en una nube de tecnicismos.