Fonden, ¿se usa con fines electorales?
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Utilizar los recursos para ‘hacer un guardadito’ y con éste pretender orientar el voto de los ciudadanos constituye un acto de mezquindad extremo
Una de las peores características del servicio público en México es la proclividad de nuestros funcionarios gubernamentales a pervertir las acciones de sus dependencias con fines político electorales, situación que sigue ocurriendo pese a la existencia —en teoría— de un marco regulatorio rígido que debería evitar tales conductas.
Un botón de muestra de ello pareciera ser el hecho que reseñamos en esta edición, relativo a la investigación realizada por la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales —adscrita a la PGR— que estaría evidenciando la utilización de recursos del Fondo Nacional de Desastres Naturales para fines electorales en Coahuila.
“Derivado de la investigación que el Ministerio Público adscrito a la Fiscalía Electoral realiza, se desprende una presunta responsabilidad de las autoridades municipales que dieron un mal uso ya que los mismos no fueron utilizados por el municipio para la atención del desastres naturales, sino que fueron almacenados en una bodega y han sido repartidos posteriormente con fines electorales o distintos a los originalmente destinados”, señala el comunicado de prensa mediante el cual se ha difundido la presunta irregularidad.
Habrá que esperar, por supuesto, a que la autoridad especializada concluya sus investigaciones y consigne ante un juez el caso, ejerciendo la acción penal en contra de quienes sean los presuntos responsables del hecho, pero de entrada el asunto parece grave.
Y lo es por partida doble: de un lado, el hecho de que se desvíen recursos públicos para fines distintos a los originalmente previstos constituye una falta que debe ser castigada con todo rigor. Del otro, existe un elemento de carácter ético que convierte en condenable el hecho de pretender medrar con la tragedia que implica un desastre natural.
Sin que tengamos todos los detalles del caso, si lo que se ha dicho es que trata de recursos del Fonden, de lo que estamos hablando es de recursos públicos que se liberaron para adquirir bienes que estarían destinados a atender los efectos de una tragedia ocasionada por la acción de la naturaleza.
Tal hecho implica que hubo seres humanos a quienes dicho fenómeno golpeó directamente y que tenían necesidades materiales específicas cuya atención debería realizarse con los recursos del referido fondo.
Utilizar los recursos para “hacer un guardadito” y con éste pretender orientar el voto de los ciudadanos constituye un acto de mezquindad extremo que en el proceso tendría que tenerse en cuenta como una agravante de la conducta, pues retener recursos destinados a atender una tragedia implica revictimizar a las personas damnificadas.
Es de esperarse, por supuesto, que el caso de la Fepade se encuentre bien armado y que en el curso de las próximas semanas atestigüemos la forma en la cual quienes así actuaron sean castigados de forma ejemplar y no, como suele ocurrir, que el único castigo sea el de carácter mediático.