Ildefonso ya consiguió su ´vaca morada´ (SEGUNDA PARTE)
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El “gracioso” del Benjas me dijo al final del desayuno de Ildefonso Guajardo con su vaca morada, “ahí nos avisas dónde están pagando ese 14% de renta que mencionaste”.
Les platico: Le pregunté a Poncho su opinión sobre el estribillo ese del gobierno de la 4T y repetido por las cúpulas empresariales -no los empresarios, conste- de la estabilidad del tipo de cambio y la apreciación del peso frente al dólar.
Fue una lástima que para entonces, Everardo Elizondo -el ex vice gobernador del Banco de México- ya se había ido.
Es que me hubiera gustado escuchar no solo la respuesta de Ildefonso, sino también la de quien casi fuera su maestro, porque éste tomaba clases de economía en el grupo B y el otro las impartía en el A.
Mencioné que dos de las varias causas por las que el peso está tan fortachón como MALO le llama frente al “debilucho” dólar, son las históricas remesas de $37,000 millones de dólares que los paisanos enviaron a México durante los últimos 12 meses y las altas tasas de interés que se pagan en nuestro País a los inversionistas gringos, principalmente.
Mencioné lo que averigüé con dos banqueros que operan en Texas y otros estados de la unión americana, sobre tasas hasta del 14% que pagan sus filiales en México a inversionistas de Estados Unidos.
Obviamente, el Benjas se enganchó al preguntarme algo que no podía responderle ahí en público, pero por este medio le contesto:
Uno de esos banqueros tiene en Hong Kong el cuartel general de la institución para la cual trabaja y me mostró en una visita que hice a sus oficinas de Houston, documentos con nombres tachados de los inversionistas que en éste momento reciben en algunas de las sucursales de su banco en México, rentas del 14% al año.
Obviamente, hay restricciones para pagar esas tasas y no tuvo empacho en compartirlas conmigo, con la condición de que no mencionara su nombre, ni el de su banco y menos el de los inversionistas ganones, pero he de decirles que en el tachado de sus nombres fue lo suficientemente sutil y elegante para dejarme ver parcialmente esos nombres, a fin de que mediante mi BigData hiciera las verificaciones pertinentes.
Me subrayó que éste es un plan para dueños, no para empresarios, porque hay un montonal de directores empleados de empresas o líderes de cámaras, que se dicen empresarios.
Entonces, por si al Benjas le interesa, aquí están las condiciones para que ese banco -y sé que al menos otro más en México lo está haciendo- pague semejantes rendimientos:
1.- Que el dueño -no un director, insisto- sea ciudadano estadounidense no naturalizado, sino nacido en el otro lado.
2.- Tener una empresa con 15 años demostrables operando en Estados Unidos y con un 100% de cumplimiento con el IRS, equivalente allá de nuestro temido y despiadado SAT.
3.- Transferir un mínimo de $10 millones y máximo $15 millones de dólares durante un año a cuentas de las filiales mexicanas de su banco, en la inteligencia de que después de ese período, si quieren con un click en sus celulares, tablets o computadoras, pueden hacer un “cash out” para mover el dinero a donde las rentas les sean más atractivas.
Esos son los capitales golondrinos a los que me referí en mi pregunta a Ildefonso y a lo mejor esas cantidades que los banqueros gringos exigen para pagar tales tasas no le hacen cosquillas al Benjas, pero en donde sí se la va a rifar es con la ciudadanía estadounidense.
Y es que fui lo suficientemente cáustico con mi fuente en Houston como para preguntarle si algún mexicano llevado a nacer por sus papás a McAllen o a Laredo o a Houston entraría en esa categoría y sonriendo me respondió con un enérgico movimiento negativo de su cabeza. “Tienen qué ser dueños con una generación anterior nacida en EU”, me dijo.
Ustedes saben, hasta antes de la política migratoria de Trump, a algunas familias de Monterrey y otras ciudades mexicanas les daba por hacer nacer a sus hijos en McAllen o Laredo y eso era como dejarles su nacionalidad gringa como patrimonio. Eso se acabó.
Poncho me respondió que la apreciación exagerada del peso frente al dólar pudiera deberse a esos dos factores que mencioné, pero advirtió que hay muchos más.
Hubo otro tema que le plantee: El miedo que el gobierno de MALO tiene a endeudarse, siendo que el desarrollo y crecimiento de la economía nacional pueden darse con un apalancamiento inteligente.
De hecho, eso lo hacen países desarrollados como la mayoría de los europeos, donde el porcentaje de su deuda llega hasta el 60 de su PIB siendo que el de México apenas araña el 10.
A reserva de ampliar lo que respondió en ese tema y el anterior, recuerdo que dijo algo así como que hay qué ver los sustentos detrás de las deudas de los europeos desarrollados en comparación a los de México y con eso, dijo muchísimo más de lo que él se imagina para pintarnos la realidad económica de nuestro País. Ahí ubiqué una de sus poquísimas perlas críticas hacia la 4T de las que escribí ayer.
MALO se jacta de la “fortaleza” de nuestro peso durante su gestión y otros le siguen la corriente. Sí, el peso ha ganado 8% frente al dólar desde el 2 de diciembre de 2018, pero ¿por qué está tan “fuerte”?
La tasa de referencia de Banxico es de 7.2% y si la comparamos con las de otros países y si tomamos en cuenta las calificaciones crediticias de esos, nuestra moneda ya no se ve tan brillante.
Standard & Poor le da a México una calificación de BBB+. A Rusia, BBB- con una tasa del 6.25%; a Perú, BBB+ con una tasa del 2.25%; Brasil BB- con lo cual ni siquiera llega a grado de inversión con su tasa del 4.50% y Colombia tiene un BBB- con una tasa del 4.25%
Viendo esto, no hay nada de que estar orgullosos, pues el peso está “fuerte” a costa de pagar mucho más tasa que países con nuestra misma calificación e incluso con rentas muy inferiores. Esto es carísimo, por lo que veremos en seguida:
La deuda del gobierno de la 4T es de $10.9 billones de pesos. Aplicando a toda ella la tasa de referencia del 7.2%, su costo es de $788 mil millones de pesos al año. Si asumimos que dada nuestra calificación crediticia, las tasas que pagan los bancos podrían estar por lo menos 2% abajo, entonces pagaríamos $571 mil millones al año.
CAJÓN DE SASTRE
“Conclusión: a los mexicanos nos cuesta $217 mil millones de pesos anuales mantener un peso fuerte como el que el gobierno y algunos ilusos presumen. ¿Quieren más o les guiso un huevo?”, dice la irreverente de mi Gaby, que tomó clases de economía con Everardo… en el grupo A.
Mañana le seguimos…
placido.garza@gmail.com