Libertad
COMPARTIR
TEMAS
Está tan presente en la vida cotidiana que a ratos resulta indiferente. Es un valor tan importante, sin embargo, es por ello que el interés público de las informaciones, que a él hacen referencia, se evidencia y coloca en lugar destacado.
Es la libertad que, al igual que la vida, está colocada en el primer escalón de las primordiales preocupaciones del hombre.
En Estados Unidos la estatua que le rinde homenaje está nada más y nada menos que en el principal puerto de entrada, dando la bienvenida a los millones de inmigrantes que terminaron siendo parte de ese país.
La libertad de expresión, la libertad religiosa, la libertad ideológica, la libertad en toda la extensión del concepto para pensar, para tomar una decisión, para actuar.
Es ella la que se proclama en las escuelas, en los medios de comunicación, en las iglesias. Llevada al centro de las discusiones.
A la que se alude para expresarse a favor o en contra de los propios pensamientos. Hoy, por hoy, en nuestro país a raíz de las expresiones del mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador que exigía disculpas a España y a la iglesia católica por haber colonizado, a sangre y fuego, los territorios que ocupa México.
Mientras en el mismo tenor, en una misma atmósfera, en Los Ángeles, California, Estados Unidos, se retiraba una estatua de Cristóbal Colón por considerarle como el causante de las desgracias de los pueblos de América, acá en nuestro país, el grupo seguidor de Andrés Manuel López Obrador se pronunciaba porque la idea del Presidente les parecía de lo más acertada.
En el campo de enfrente, los críticos del Presidente le encontraron toda clase de argumentos en contra de lo establecido y buscaron y evidenciaron las fallas de la propuesta.
En el ambiente de libertad, que es lo ideal vivir en cualquier democracia, es deseable que las ideas de unos y otros puedan ser expresadas en un ambiente respetuoso de ella. Si se instaura una dictadura, se ha dicho bien, la primera víctima es la libertad.
A la avalancha de objeciones a la idea de López Obrador se espera inteligencia de su parte. Denostar a quien no piensa como él no es la mejor de las actitudes que pueda ofrecer.
Lo hizo, con su acostumbrada vaguedad, al expresar que no participaría en los 500 años de la llamada conquista de México como jefe del Estado Mexicano, aunque los ciudadanos están en su derecho de tomar la decisión que desearan, aclaró. Tajante, al menos en apariencia, condescendiente. Deja “en libertad”, pero si la figura que representa al País no está dispuesto a ceder un ápice en el avispero en que se metió, a los mexicanos los deja en realidad desprotegidos, en un aprieto.
Sigue apostando a lo que para muchos es carisma, y sonriendo asegura que no sabe por qué causó tanto revuelo.
El revuelo ocasionado es quizá uno de los mayores enfrentamientos que ha tenido con la opinión pública del País. Lo olfateó, por ello de inmediato viajó a Centla para grabar el video donde ya presenta como un hecho la carta al presidente de España y al Vaticano, carta de la que en España tuvieron noticias unas horas antes.
Viendo encima el enfrentamiento, decidió hablar antes de verse acosado. De cualquier modo fue, desde la campaña, y desde haber tomado el poder, el primer momento en que se le echó encima el aparato de comunicación que funciona en las redes sociales, antes tan a su favor.
Es el valor de la libertad el que sigue en juego. Es a este valor al que hay que respetar. La libertad se expresó en redes. El día en que la libertad caiga pierde la democracia construida a sangre y fuego.