México, entre la violencia y el perdón
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LA VIOLENCIA
Desde hace 12 años la violencia cotidiana, sufrida por la mayoría de mexicanos, se ha vuelto cotidiana.
Llevamos el miedo en nuestros huesos. Nuestro cuerpo tiembla a la menor provocación, mientras nuestro corazón palpita acelerado por la cercanía permanente de la hidra de la violencia que, con forma de serpiente de 10 mil cabezas y aliento venenoso, regenera dos cabezas por cada una que pierde o le es amputada.
Por ello, hemos blindado nuestras islas de felicidad con familiares y amigos, para sobrevivir con la mayor sanidad mental y espiritual posible ante esa hidra que nos traga sin misericordia desde 2007; con 108 mil cadáveres, 23 mil 745 mujeres asesinadas o siete feminicidios cada día, 10 mil 898 secuestros reportados (entre diciembre de 2012 y marzo de 2018) o seis por día; 37 mil 435 personas mayores de edad desparecidas, 3 mil 217 niñas y 2 mil 235 niños desaparecidos y 310 mil mexicanos desplazados de su lugar de origen.
EL PERDÓN
Podemos criticar a Andrés Manuel por haber realizado una propuesta de amnistía descoyuntada, que fue reconstruida por Olga Sánchez Cordero, Tatiana Clouthier y el sacerdote Alejandro Solalinde.
Podemos argumentar que a pesar de esos esfuerzos esa proposición es todavía endeble, porque no precisa el cómo aterrizar en los corazones y en las vidas de los mexicanos violentados por esa hidra, tres palabras de un alto contenido emocional y existencial: amnistía, perdón y reconciliación. Mucho menos, el cómo relacionarlas con la justicia y la verdad.
Podemos inclusive señalar que los resultados de los Foros para la Pacificación y Reconciliación no alcanzarán, ni por su atropellada logística o su poder de reflexión, a reedificar las políticas públicas de seguridad pública del País.
Lo que no podemos hacer es ignorar la visión de López Obrador para sembrar en nuestras mentes y corazones, desde nuestro miedo tornado en venganza contra esa hidra, tres palabras que pueden transformar nuestra vida como País: amnistía, perdón y reconciliación.
¿Tocamos ya fondo para perdonar y reencontrarnos? ¿O no?
@Canekvin