Mirador 03/02/19
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TEMAS
Historias de la creación del mundo.
El Señor sumió a Adán en un profundo sueño, le sacó una costilla y de ella hizo a Eva.
(A veces el hombre dice con enojo: “Es que me agarró dormido”).
En los primeros días Adán fue muy feliz.
Todo en su matrimonio era amor y era dulzura.
Todo le parecía bien; no encontraba en su esposa más que buenas cualidades.
Poco después, sin embargo, empezó a hallarle defectos.
A pesar de la abundancia de hojas se quejaba de continuo: “No tengo nada que ponerme”.
Aunque el Paraíso Terrenal era pequeño y estaba rodeado por un alto muro, siempre que Adán volvía a casa le pregunta Eva, recelosa: “¿Dónde andabas, eh? ¿Por qué tardaste tanto?”.
Así, un día Adán se presentó ante el Padre y bajando la cabeza le dijo con voz tímida:
-Señor: tengo más costillas.
¡Hasta mañana!...