Retrato
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9 octubre 2018
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Dinero, poder y mundo:
aún así, la desgana
de la loquita oxoniana
es un malestar profundo.
Es como un queso gruyére:
sus excesos y defectos,
aun sin llegar a ser vicios
descomponen los afectos
de su alma de mujer.
Debe prestar sus servicios
en el bravo Tercer Mundo,
en este país inmundo
que exiliara a don Porfirio.
La locura programática
de la loquita enigmática
es un tanto novelesca:
que nada rasgue ni empañe
el celofán del martirio.
La loquita misteriosa
ataca en cuanto le atañe
y así se labra, industriosa
un panal de corcho y cera
estéril, en donde espera
y se distrae del abismo,
al naufragio y cataclismo
que trae cada primavera.
(9 octubre 18)
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