Pura lengua
![Pura lengua Pura lengua](http://vanguardia.com.mx/binrepository/1238x648/43c0/1152d648/down-right/11604/ENSU/javier-fuentes-de-la-pena_1-149159_20210826080640.jpg)
COMPARTIR
TEMAS
Rara habilidad posee nuestro presidente. Dicha habilidad podría ser digna algún súper héroe de tira cómica. ¿Acaso alguien ha notado lo que yo descubrí y que hoy comparto con ustedes?
Ese súper poder de AMLO consiste en hacer llover, pues cada vez que habla le llueve. No pretendo hacerle el favor a Andrés Manuel de convertirlo en víctima o en mártir de la democracia, pues bastante ganadas tiene la mayoría de las valientes críticas de quienes plasman su opinión en los distintos medios del país.
Su señora esposa y él mismo han tratado de vendernos la idea de que es el presidente más atacado de la historia. Eso es mentira y él mismo lo sabe.
Las conferencias mañaneras no son otra cosa más que un cómico espectáculo de improvisaciones y un desfile interminable de palabras poco razonadas. En ellas nuestro presidente no hace uso de la palabra, sino que abusa de ella al grado que su administración ha quedado reducida a pura retórica hueca y a acciones casi inexistentes.
Como candidato no era muy distinto. Recuerdo que insistió hasta el cansancio en tres promesas: terminar con la corrupción, lograr un crecimiento en la economía del 4 por ciento anual y terminar con la delincuencia organizada.
¿Ha cumplido alguna de esas tres promesas? No, pero hay que reconocerle que cuando menos ha intentado suplantar la realidad con un mundo ideal nacido de unas cuantas frases repetidas tercamente: “No somos iguales”; “Ya barrimos a la corrupción”; “Abrazos y no balazos”; “Nuestros adversarios no quieren que México cambie”; “Los clasemedieros son ‘aspiracionistas’ e influenciables”; “Por el bien de México, primero los pobres”.
¿Cuántos minutos le dedicó el presidente al avión que “no tiene ni Obama”? Días enteros de su gobierno fueron destinados a este fútil tema.
¿Ha disminuido la pobreza? No. Según el Coneval el número de mexicanos en situación de pobreza aumentó en 3.8 millones de personas en comparación con 2018, periodo en el que inició la administración de López Obrador.
¿Ya no hay corrupción? Es triste decirlo, pero ahora se cometen más tropelías que antes, pues la ley sólo se aplica contra los adversarios políticos y contra aquellos que han sido objeto de sus actos vengativos. La ley no existe para sus hermanos, ni para su prima, ni para sus colaboradores cercanos. La ley tampoco existe a la hora de hacer obras pagadas con presupuesto federal, pues más del 80 por ciento de los contratos se han celebrado por adjudicación directa. La ley tampoco existe a la hora del reparto de participaciones federales, pues las entidades que más aportan son los que menos reciben.
¿Y de seguridad pública cómo andamos? Siendo compasivos con AMLO, lo único que puedo decir es que estamos ligeramente de la jodidísima. ¿Cuándo pensamos escuchar a un presidente de la República diciéndoles a los delincuentes “fuchi caca”? Y eso, para nuestra desgracia, no es nada.
Luego de las elecciones de junio pasado, el presidente volvió a sorprendernos en su conferencia mañanera a tal grado que muchos no creíamos lo que estábamos escuchando: “No fueron elecciones de Estado como las que se llevaron a cabo durante décadas y siglos en México, la gente se portó muy bien, los que pertenecen a la delincuencia organizada en general bien, muy pocos actos de violencia de estos grupos, se portó más mal la delincuencia de cuello blanco, pero no se pasaron de la raya y tampoco alteraron en lo fundamental los resultados”.
Decir que los narcotraficantes se portaron bien durante el proceso electoral es un imperdonable insulto presidencial hacia los familiares de las y los 35 candidatos que fueron ultimados por el simple hecho de representar intereses contrarios al de unos desalmados asesinos.
Aquí entre nos, si se portaron bien fue con el presidente, pues son muchos los indicios que permiten presumir que gracias a la delincuencia organizada, Morena triunfó en estados como Sonora, Sinaloa, Colima, Baja California Sur, Campeche, Michoacán y Nayarit, entre otros.
Debido a ello celebré que la coalición “Va por México”, integrada por el PRI, PAN y PRD, presentara una denuncia ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y una queja ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por tales acciones de probable contubernio entre López Obrador y distintos grupos delincuenciales.
Yo difiero de nuestro presidente. La delincuencia nunca se porta bien. Es tiempo que AMLO, en lugar de abusar de su lengua, aprenda a utilizar sus oídos. Somos miles de mexicanos que estamos decepcionados y desesperados ante la vacilada que ha resultado ser la Cuarta Transformación.