Rescate de mineros: de vuelta a la casilla uno
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El proceso de rescate de los 10 mineros que continúan atrapados en el pocito “El Pinabete”, en el municipio de Sabinas, infortunadamente regresó a la situación inicial tras el ingreso de grandes volúmenes de agua desde la galería abandonada de una mina contigua. La situación ha llevado a las autoridades a replantear la estrategia seguida hasta ahora.
La coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, informó ayer que, de acuerdo con los cálculos realizados, en la mina “Conchas Norte”, de donde proviene el líquido, se habrían acumulado alrededor de 2 millones de metros cúbicos, una situación que demanda acciones distintas.
Por ello se intentará “sellar” el conducto por donde fluye el agua inyectando cemento a través de las distintas perforaciones que se han realizado para drenar los pozos donde quedaron atrapados los mineros.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador respondió ayer al reclamo de los familiares, quienes han solicitado ayuda internacional ante la lentitud del proceso, que se hará “todo lo que se tenga que hacer para sacar a los mineros” y ello incluye la posibilidad de contactar especialistas extranjeros para apoyar las tareas de rescate.
Sin embargo, el mandatario pidió esperar a saber si esa ayuda “se necesita”, es decir, si el nuevo plan anunciado tiene éxito o no, algo que deberá tenerse claro en el curso de las próximas horas.
Han transcurrido casi dos semanas desde que El Pinabete se inundó y, como se ha reseñado de forma exhaustiva, todos los esfuerzos realizados hasta ahora se han centrado en drenar el pozo pero, además de no haber logrado concretar dicha tarea, el retroceso registrado hace que las esperanzas de un rescate con vida disminuyan aún más.
La situación actual, sin duda demandaba una modificación en la estrategia y a ello obedece el plan alternativo anunciado ayer. Sin embargo, debido a que los trabajos se realizan más o menos “a ciegas”, tampoco puede asegurarse que esta idea será exitosa en el proceso de generar las condiciones para entrar a buscar a los mineros atrapados.
Y es que a falta de datos precisos respecto de la red de túneles que se encuentran bajo la superficie y la forma en la cual se encuentran conectados entre sí, quienes diseñan la estrategia de inyección de cemento necesitarán un golpe de suerte para contener las filtraciones.
Esta circunstancia obliga a señalar una vez más lo evidente: la extracción de carbón mediante “pocitos” es una actividad en extremo riesgosa que no puede producir sino resultados funestos como los que hemos reseñado a lo largo de muchos años ya.
Por ello, mientras las tareas de rescate continúan, la pregunta que toda autoridad involucrada en el tema debería hacerse es cuántos mineros más siguen laborando, ahora mismo, en las mismas circunstancias en que lo hacían, hasta hace dos semanas, quienes siguen atrapados en “El Pinabete”.