¿Se acabó el ‘clima ideal’ en Saltillo?
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Debido a sus características geográficas (particularmente su altura sobre el nivel del mar), Saltillo ha sido conocida largamente como una ciudad con “clima ideal”. Y, en general, la capital de Coahuila sigue gozando de un clima envidiable si se le compara con el resto de la entidad.
Sin embargo, en los últimos años se ha registrado un incremento importante en las temperaturas durante la primavera y el verano, lo cual hace que en algunos períodos del año parezca no haber mucha diferencia entre el ambiente que prevalece en Saltillo y el que se percibe en el resto del estado.
¿Qué está provocando esta modificación en el otrora “clima ideal” que vivíamos los habitantes de la capital coahuilense?
El fenómeno forma parte, sin duda, del denominado “cambio climático” que se traduce en modificaciones cada vez más visibles en la temperatura media que podemos percibir quienes habitamos las zonas urbanas y que pueden medirse, además, a partir de los cambios en el comportamiento de las personas que habitamos las zonas urbanas.
Uno de esos cambios es el relativo a la adquisición de aparatos para paliar los efectos de las altas temperaturas. Hasta hace algunos años, pensar en la adquisición de un dispositivo de aire acondicionado no era un tema relevante para muchas familias, pero ahora comienza a serlo.
De acuerdo con el reporte que publicamos en esta edición, la venta de dispositivos de aire acondicionado y ventiladores se ha incrementado alrededor de un 15 por ciento en las últimas semanas, además de que un número creciente de personas solicitan presupuestos para la adquisición de tales dispositivos.
Más allá del fenómeno de mercado que implica tal hecho debemos cuestionarnos con seriedad cómo el incremento en las temperaturas en nuestra región está relacionado con la actividad que los seres humanos realizamos cotidianamente y, de ser el caso, qué deberíamos hacer al respecto.
Poca duda cabe de que el cambio climático es resultado del impacto que nosotros ocasionamos en el medio ambiente y, en este sentido, tendríamos que preguntarnos qué podemos –y debemos– hacer para revertir la situación actual que estamos viviendo.
No se trata de añorar con nostalgia los tiempos en los cuales nuestra ciudad era envidiada por su clima, sino de plantearnos cómo podemos recuperar esa condición, pues si no nos ocupamos de ello es probable que las condiciones actuales empeoren.
¿Cuáles son las circunstancias que han contribuido a la modificación del clima local? ¿Es posible revertirlas? ¿Podemos regresar a la situación previa?
Se trata de preguntas que no solamente exigen respuesta, sino que todos deberíamos estar interesados en conocer, porque sólo así podríamos definir la ruta que nos devuelva el otrora “clima ideal” que solíamos tener y del cual presumíamos hasta hace muy poco tiempo.