Vieja sinvergüenza

Opinión
/ 20 octubre 2021

Escuché esta acusación hace poco. Sí, dirigida a mí. Y bueno, podría haber reaccionado de muchas maneras, y podría haberme defendido con muchos argumentos. Pero ¿no será que vivimos con demasiada vergüenza? Sí es verdad que podemos pasarnos de lanza en muchas situaciones. Y observo que en muchas otras situaciones nos limitamos por vergüenza en cosas que realmente no ameritan que nos avergoncemos.

Estamos muy acostumbrados a enjuiciar a los demás por hacer cosas que nosotros “no haríamos nunca”. ¿No serán que justo son cosas que deseamos hacer pero que no nos atrevemos y nos da, no sé, tal vez envidia que otro sí lo haga?

La persona que se pone a entrenar para correr maratones a los 50 años. La persona que renueva y rejuvenece su guardarropa y su imagen personal. Quien se hace alguna cirugía estética o un tratamiento para flacidez o arrugas, o quien se muestra tal y como es, sin tratamiento alguno. Quien se tiñe el cabello, más si es de azul. O quien no se tapa las canas y se deja al natural. Alguien que regresa a la escuela para terminar una etapa que dejó trunco. Alguien que se atreve a hacerse una sesión de fotos desnudo o semidesnudo. El hombre joven que hace pareja con una mujer mayor, o esa situación en cualquiera de sus variaciones.

Hace muchos años, en Cancún, vi a una mujer con sobrepeso que usaba un bikini. Mi pensamiento fue, “Yo no usaría ese traje de baño, y no tengo ese peso”. Pero parte de mí, un poco más allá de mi juez implacable, decía, “Y ¿por qué no traigo yo un traje así? Si me muero de ganas.”

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM