¿Y tu potencial?
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Mis ojos ven potencial. Se los heredé a mi padre. Veo a personas, edificios, lugares, ingredientes, espacios, ropa, o palabras y veo oportunidades. Las recetas me salen bien y los espacios resultan confortables y atractivos. Mi padre reconstruyó varias casas durante su vida. Hizo buen trabajo, siempre con creatividad y novedad. Sé que puedo renovar mi guardarropa sin comprar nada nuevo si combino las piezas de maneras distintas. En un taller de escritura escribí un cuento con una lista de palabras que había sido armada durante un ejercicio. Palabras sin relación aparente. Y para complicar las cosas, era la lista de un compañero, no la mía. El cuento que escribí es bueno.
Es más difícil con las personas. En mi vida he conocido a muchas personas y he escuchado historias, propósitos, declaraciones, intenciones, y siempre he “creído” lo que la gente cuenta sobre sí mismo. Entonces, veo también potenciales. A veces se logran pronto y ágilmente. A veces se tardan. Y a veces me voy dando cuenta de a poco que lo que una persona habla y lo que es o lo que puede manifestar en su vida, son cosas muy distintas. Nos subestimamos o nos sobreestimamos, y no estamos dispuestos o capacitados para vernos en la justa medida de la realidad, en lo que tendríamos que hacer para estar donde decimos que queremos estar. Me causa tristeza y desearía que se convirtieran en una lista de palabras para que pudiera yo escribir su historia. Pero eso sería inapropiado e imposible, así que por hoy deseo que este final de 2021 nos acerque a cada uno a nuestro potencial.