Regresa ‘Wit’: Mismas emociones, una época diferente
La conmovedora obra de Margaret Edson, bajo la dirección de Luis Falcón, se estrenó el pasado viernes en Foro Amapola y continuará en funciones hasta el 3 de abril
Me resulta muy difícil pensar en el montaje de “Wit”, dirigido por Luis Falcón y protagonizado por Dona Wiseman, de manera aislada. Por años la memoria de su última función en noviembre del 2016 marcó mi manera de ver a la producción artística local, porque tan solo un mes antes me había iniciado como periodista cultural y hacía más de una década que no acudía a un evento teatral —o artístico— que no fuera escolar.
Cuando la vi quedé deslumbrado. Salí del Centro Cultural La Besana —que conocí esa noche— muy movido por la historia con la que Margaret Edson ganó el Pulitzer, pero también por la ejecución de los artistas en escena. Sobre todo estaba sorprendido porque descubrí una actividad artística que creía inexistente, y en especial porque era de una calidad que superó mis expectativas.
Pero si “Wit” se quedó conmigo lo hizo más como una emoción; abstracto, lo que me provocó en ese momento. No recordaba más que un par de imágenes, diálogos y la generalidad de la trama. Por eso cuando Diáspora Teatro, Foro Amapola y Cuarta Pared Teatro —co-productores de su reposición—, dieron a conocer, tras años a la espera de este momento, que volvería a escena, mi mayor miedo era encontrarme con que mi estima de esa obra era producto de la nostalgia, y nada más.
Por supuesto, durante estos años su labor en otras producciones reafirmó el valor del trabajo de Falcón y Wiseman. Pero como sucede en estos casos, la duda persistió hasta el último segundo.
Y al final mi memoria tenía razón. Me será imposible confirmar si aquella mítica función fue tan impoluta —probablemente si la viera hoy, con mi experiencia, opinaría muy diferente—, sin embargo, lo que vi el pasado viernes en Foro Amapola satisfizo casi seis años de expectativa.
No es perfecta. Eso sí lo puedo afirmar ahora con certeza. Pero en la medida de lo que presentaron al menos este primer fin de semana, ofrece a los espectadores risas, llanto, y la historia de una mujer enfrentándose a su propia vida en su lecho de muerte, ahora en medio de un episodio histórico global que nos ha obligado a ver nuestra mortalidad muy de cerca, así como la realidad de nuestras decisiones.
La dra. en Filosofía, Vivian Bearing, erudita y autoridad en los sonetos sagrados de John Donne, se encarna en la actuación de Dona Wiseman quien, a pesar de algunos trastabilleos en sus líneas, entrega la evolución de un personaje cuyo cáncer terminal la convierte en conejillo de indias para la investigación sobre esta enfermedad, y aunque se presenta como una académica dura, fría y centrada, con un ingenio sarcástico muy ágil, tendrá que aceptar su vulnerabilidad al verse reflejada en los procesos, actitudes y atenciones igual de fríos que recibe de la mayor parte del personal médico, mientras su cuerpo es consumido por el agresivo tratamiento.
A su alrededor se encuentra una corte de doctores, enfermeros y enfermeras, así como miembros de su pasado, interpretados por Gabriel Neaves, Mónica Almanza, Victoria García, Donaldo Duarte, Lidiet García y Luis Méndez, cuyas actuaciones durante esa primera función no siempre estuvieron estuvieron al mismo nivel. Hubo excelentes muestras del pragmatismo de un investigador, o la ternura de quien consuela a alguien en las puertas del más allá —en uno de los momentos más fuertes y emotivos de la obra—, pero también faltó, por ejemplo, la rigidez de aquella que legó esa misma disciplina a la protagonista, o nos encontramos con muletillas que superaron al guión y gesticulaciones en apariencia producto más de los nervios que de la naturaleza del personaje.
Lo anterior se sumó al ruido provocado por la camilla y algunas tablas y objetos fuera del escenario, que afectaron un par de momentos importantes durante la puesta.
Por otro lado, la verticalidad de Foro Amapola, donde los espectadores se posicionan frente al escenario, a un nivel más bajo, y por encima de esta área, en un palco, fue un problema que parece haber sido bien resuelto.
A pesar de esto la obra logró su cometido. La dra. Bearing, con todo y su orgullo y rudeza intelectual, se gana el corazón de los espectadores hasta sus últimos momentos. Su humor ingenioso y el camino que la vemos recorrer mientras acepta que debe derribar los muros que construyó para ser la mejor, pero que también le impiden ser ella misma en su totalidad, conmoverán a más de uno al borde de las lágrimas.
En su momento, derivado de la inocencia e ignorancia de mi novatez, consideré a “Wit” el ejemplo de que en Saltillo se hacen cosas diferentes y de calidad. Que quienes dicen “no hay nada que hacer en la ciudad” es porque no han buscado bien. Ahora sé que este no es el único ejemplo de tal realidad, pero en memoria de estos cinco años de crecimiento para todos me atreveré a recomendarla personalmente una vez más.
“Wit” de Margaret Edson continuará con funciones los viernes y sábados a las 20:00 horas, así como los domingos a las 19:00 horas, hasta el 3 de abril en Foro Amapola. Los boletos se pueden conseguir en wit.boletópolis.com y a través de las redes sociales de Cuarta Pared, donde a veces hay promociones.